Comienzo de año con los buenos propósitos típicos pero que son una realidad: dejar de fumar, dejar de comer “tanto”, hacer ejercicio…
Te proponemos hoy un ejercicio muy sencillo para comenzar el año: VACIAR TU MOCHILA
La metáfora de la mochila puede ser un buen ejemplo. Coge tu mochila, vacíala y mira lo que has llevado de carga estos años. Hay muchas cosas que seguro ya no te valen y habrá cosas nuevas que quieres a incorporar. Para saber qué es lo que te hace falta o no, es mejor plantearte a dónde quieres ir. Siempre metafóricamente hablando, si vas a la playa, el gorro y los guantes de lana ya los puedes sacar de la mochila y, si por el contrario, vas a la montaña, el pareo y las chanclas no te servirán. En la vida ocurre un poco lo mismo. Muchas veces llevamos carga innecesaria que no utilizaremos en nuestro trayecto de la vida.
A continuación te propongo algunas cargas que podemos eliminar o añadir:
- CARGAS A ELIMINAR: Odio, rencor, presión, daño, bloqueo, preocupación, culpabilidad, tristeza, enfado, inseguridad, miedo, agresividad… son emociones que no son nada útiles, sino más bien al contrario, al tenerlas en la mochila nos producen bastante malestar y nos restan energía.
- CARGAS A AÑADIR: Alegría, ilusión, belleza, esperanza, expresión, perdón, respeto, salud, ternura, perdón, amor, cariño, calor, humor, valor, autoestima, sonrisas. Si tenermos estas emociones en nuestra mochila es probable que nos produzcan bienestar cuando las utilicemos.
En fin, cada uno llevamos en esta mochila imaginaria cosas muy distintas que hemos acumulado durante años, desde la infancia incluso. Cargamos con ellas desde entonces porque creemos que son necesarias y que sin ellas no podremos ir a ningún destino. Pero si hacemos el ejercicio de reflexionar acerca de lo que nos sobra, posiblemente empecemos el año mucho más ligeros de pesos innecesarios.