Si ya habías visto alguna foto de mi biblioteca seguramente os habías fijado (o no) que no tenía puerta, pero este año nos hemos animado a poner una plegable porque se ve que ya voy siendo gallina vieja 🐔, y en invierno en el ático me quedo tiesa, ya que es donde hay menos radiadores, y… ¡Menuda diferencia!
Estoy encantada porque es una puerta que ocupa poquísimo abierta, la colocamos nosotros sin grandes dificultades y cumple con su cometido perfectamente: mantiene el calor del único radiador que hay en esta habitación, así que estoy feliz cual perdiz.
Por otro lado, yo no sé cómo no se me cae la cara de vergüenza ante tantas novelas sin leer que cada vez que me pongo a ordenar me reprochan el abandono en el que están sumidas. El año pasado (y este también) muchos nos unimos al reto #estanteriaacero, que es algo que suena genial en Enero, pero según avanza el año, una ya va viendo que acabará siendo un despropósito y no precisamente por no haber leído libros pendientes, al menos en mi caso, porque yo acabé leyendo 55 de esos libros en 2021, pero es que por cada uno de ellos acabó entrando otro y así… ¡no hay manera!
En fin… yo seguiré usando el hashtag para los libros que ya llevan en casa un tiempo y de nuevo me propondré comprar menos, pero… ni confirmo ni desmiento que lo vaya a cumplir 😂😂😂