El método original se compone de doce cajas para cada niño, pero en nuestro caso hemos preparado cinco cajas para cada uno, porque ahora que es verano doce nos parecían excesivas. Exactamente no hemos utilizado cinco cajas, sino tres cajas y dos revisteros todo ello de Ikea: cajas como estas en esta estructura de madera y revisteros como estos.
El sistema de las workboxes o cajas de trabajo consiste en preparar para cada niño tareas o actividades (en nuestro caso cinco porque tenemos cinco cajas) para realizar en un día o en parte de él. Nosotros dedicaremos parte de la mañana a realizarlas. Las tareas pueden ser académicas como hacer alguna página de un libro o cuaderno de trabajo o estudiar con algún material imprimible o realizar algún dibujo pero también pueden ser más lúdicas como hacer un puzle o una manualidad o un juego de mesa. La gracia está en que en cada caja le colocamos los materiales necesarios para hacer dicha actividad, por ejemplo si es un puzle, dejaremos la caja con las piezas y si es leer un libro, pondremos éste en la caja correspondiente y además interviene el factor sorpresa ya que el niño no sabe lo que contiene cada caja.
Otro aspecto muy interesante del sistema es que cada niño tiene unas tiras donde les ponemos los números de las cajas para que sepan el orden y también otras actividades a hacer esa mañana, algo así como su plan de trabajo.
Mi hija en el día de hoy y como, sinceramente, no me ha dado tiempo a preparar más, tenía: 1-dos páginas del cuaderno de vacaciones, 2-libro de cromos sobre Atapuerca, 3-Imprimible sobre el mapa de Europa, 4-Leer un libro, 5-Tocar un instrumento, 6-Poner la mesa. A ella le ha encantado, además encima lo ha hecho con el hijo mediano de Azu que también estaba haciendo workboxes ¡qué más se puede pedir!
La semana que viene os explicaremos con más detalle el método y os diremos cómo nos está funcionando.
Malena Martín