De la mano de Donna Leon y su comisario Brunetti retorno a la ciudad de los canales con Muerte en La Fenice. El telón está a punto de subir:
El tercer aviso, que anunciaba que iba a continuar la ópera, sonó discretamente en los salones de descanso y los bares del teatro La Fenice. El público apagó los cigarrillos, apuró las copas, concluyó las conversaciones y se dispuso a volver a sus localidades. En la sala, brillantemente iluminada durante el entreacto, se oía el sordo bullicio de los que entraban. Aquí refulgía una joya, allí una estola de visón se ceñía a un hombro desnudo o una uña sacudía una mota de polvo de una solapa de satén. Primero se llenaron los pisos, después la platea y, por último, las tres hileras de palcos.
¿Habéis leído éste u otros casos del comisario Brunetti?
Fuente de la imagen: Steve Gray, encontrada en Google