"Empieza, que después se arregla" fue lo que me dijo mi amigo más cercano antes de dar el primer paso al mundo blogging. Un sin número de pensamientos cruzaron mi mente antes de hacerlo, pero, cerré los ojos, no lo pensé mucho y empecé.
Varios años han pasado desde aquella noche en que mi amigo y hermano me dijo esas palabras, y aún no me arrepiento de haberlo hecho.
De ahí en adelante, sobre la base del Blog, he forjado mi plataforma profesional de asesoría y consultoría financiera a personas y a empresas.
Mi historia no es única. Existen varios casos de "empieza, que después se arregla" en donde en un momento decisivo, aquella idea que parecía distante y quizás con pocas proyecciones, se hace realidad y materializa lo que tanto se había deseado; dejando un rostro de satisfacción por haber logrado dar sentido a un sueño.
Ante esta realidad, y por una serie de recuerdos que divagan mi mente, tomé la decisión de hablar sobre la materialización de tu idea. Sobre cómo puedes hacer realidad ese proyecto que tanto has querido llevar a cabo y proveyéndote de algunas pautas que debes tomar en cuenta, desde la perspectiva financiera, para que sea sostenible, estable y genere beneficios.
Debo reconocer que existe un "movimiento" o mejor dicho, una idea que se ha propagado que promueve que "Todos somos emprendedores" y que tienes que emprender un negocio o el mundo se va acabar, etc; de hecho, hay corrientes que sugieren que quien no emprende un negocio, en cierta medida, está mal.
No me suscribo a la idea de que todos tienen que emprender, ni que todos tenemos un emprendedor dentro. Porque el enfoque primario de esta ideología es el de crear empresas, cuando un emprendimiento puede ser de cualquier cosa.
Esto sin tomar en cuenta que una empresa necesita empleados(as) por lo que si todos emprendemos, ¿Cómo se puede sostener la empresa?
No obstante, pienso que iniciar un proyecto comercial es muchas veces más rentable que no hacerlo.
Quedarse en la inercia y en la incertidumbre sobre si se lleva a cabo o no; no genera beneficios económicos.
La razón de esto es que cuando no se hace nada, nada se produce, nada de se genera. Mientras que cuando se inicia un proyecto hay mayores posibilidades de tener algún tipo de beneficio.
En ese sentido, cuando llevas a cabo tu idea de negocio, aun no tengas los resultados que esperas; es, por varias razones, más rentable.
Porque estás poniendo tu dinero a correr, y la única manera de hacer dinero es moviendo dinero. Invirtiendo en aquello que entiendes que puede ser productivo. En donde haya un mercado esperando que su necesidad sea satisfecha.
Esto no significa que si montas un negocio, vas a tener éxito la primera vez, o que esa idea te va a llevar a las listas Forbes de personas más ricas del mundo. Sin embargo, luego de empezar, las probabilidades de generar beneficios se incrementan, por mucho, a no hacerlo.
Y es por esta razón que te invito a que si tienes una idea de negocio que entiendes que puedes llevar a cabo, lo hagas, porque al final del día, esto te puede representar mayores beneficios que echarlo al olvido.
Uno de los principales temas, dentro del marco de la incertidumbre propia de quien emprende tiene, es el de las finanzas. La manera en que tal o cual idea de negocio se ha de sostener en el tiempo.
En ese sentido, existen tres etapas o niveles que tienen que ver con el proceso de generar beneficios dentro de un negocio:
La sostenibilidad busca que el negocio se mantenga a flote, en otras palabras, que se puedan cubrir los gastos del negocio. En la segunda etapa o nivel, la estabilidad, el negocio comienza a producir beneficios después de cubrir sus obligaciones fijas como variables; y en la riqueza, el negocio "corre solo" lo que significa que la maquinara comercial funciona sin que necesariamente tengas que intervenir par que produzca.
Para lograr llevar a cabo estas tres etapas o niveles de manera adecuada quiero ofrecerte algunas pautas financieras que puedes tomar en cuenta si decides dar inicio a tu idea de negocio, de manera que puedas cubrirlas y satisfacerlas.
Pauta No. 1: Define tu estructura de costos operativos
Lo primero que debes tener claro es tu estructura de costos operativos, y estos incluyen tanto tus costos variables como tus costos fijos.
Toma en cuenta que tus costos son el frente de mayor responsabilidad dentro de toda tu estructura financiera, y tan pronto inicias tu idea de negocio se activan los diferentes costos relacionados a la producción del bien o servicio que ofreces.
Para esto, debes analizar lo que realmente necesitas para que tu negocio funcione.
Limítate a incluir lo que añade valor a la producción. Por ejemplo, si tu negocio se basa en visitar clientes y no en recibirlos, no tienes que preocuparte porque tu oficina tenga los mejores escritorios o cuadros de famosos, porque al final del día, eso no le aporta valor.
Y esa mentalidad debes extrapolarla a todas las áreas de tu negocio. Enfocándote, en la etapa inicial, no en los ornamentos improductivos sino en aquellos que le aporta valor al negocio.
Pauta No. 2: Auxiliate de un(a) contador(a)
Luego de definir tu estructura de costos operativos, es tiempo de que te auxilies de un(a) contador(a). Alguien que te asista en el tema de la contabilidad, que es vital para el buen desempeño financiero.
Es probable que al principio no tengas los recursos necesarios para solventar a un(a) contador(a) como empleado(a). Sin embargo existen varios de estos profesionales que lo hace como contratistas. Por lo que puedes ponderar esta opción.
Mientras tanto, seguro debes tener algún tipo de sistema de registro de tus transacciones. En donde lleves el control de todo lo que sucede en tu negocio.
Para esto puedes hacerlo de dos maneras: Digital o manual. Aunque esta última es cada vez más escaza.
Por lo que, mi sugerencia es que utilices algún tipo de sistema automatizado. Para ello existen un sin número de programas y aplicaciones que puedes utilizar. Es solo cuestión de escribir en Google "Programas de Contabilidad" y en seguida aparecerán tanto de cobro como gratuitos.
Lo importante, y más relevante, es que tienes que tener alguna manera de registro y control (manual o digital) de lo que pasa financieramente en tu emprendimiento. Porque partiendo de estas informaciones es que vas a tomar las decisiones pertinentes para el crecimiento de tu negocio.
Pauta No. 3: Invierte
La última pauta que quiero que tengas en cuenta es la de invertir. Solo invirtiendo crecerás. Si no inviertes tu negocio se estancará.
Por lo tanto, la invitación es a que inviertas en tu idea. Y esta inversión debes enfocarla desde cuatro perspectivas distintas:
- Infraestructura: Todo lo que tiene que ver con el desarrollo físico de tu negocio.
- Crecimiento: Formas en que puedes expandir las fronteras de tu negocio, dentro del mercado en que estás o bien otros nuevos.
- Publicidad y Mercadeo: Debes darte a conocer y la manera idónea es a través de la difusión masiva, y en este aspecto puedes ponderar no solo la publicidad y mercado tradicional, sino que también puedes acceder al mundo digital. El cual es más barato y puedes tener un mayor alcance.
- Personal: Formas en que puedes hacer que quienes están contigo crezcan contigo. Valorar a tu gente, y seguro que responderán positivamente.
Si te enfocas en hacer que tu dinero se mueva en función de tu infraestructura, el crecimiento, la publicidad y el personal que te acompaña, entonces estarás invirtiendo de manera sabia en tus negocios y obtendrás el éxito financiero de tu emprendimiento.
Al igual que mi amigo te digo "Empieza, que después se arregla". No tienes que tener todas las piezas en orden para iniciar tu negocio, ni tienes que tener una mega estructura para que funcione. Solo tienes que tener el deseo de echar a andar aquello que has visionado en el tiempo.
Partiendo de esta realidad, recuerda que no todo el mundo tiene que emprender. Y si tú no eres de los que emprende, entonces eres de los que soportan emprendimientos, los cuales son piezas claves para el desarrollo de cualquier proyecto.
Por lo tanto, enfócate en lo que eres bueno(a) y potencialízalo al máximo. Ya sea como emprendedor(a) o como empleado(a).
No obstante, si decides empezar, nuestra sugerencia es que tengas en mente tres pautas básicas: 1- Define tu estructura de costos, 2- Auxíliate de un contador(a) 3- Invierte.
Si tomas en cuenta estos tres elementos entonces tendrás un mejor desempeño financiero y por ende verás los resultados que esperas.
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