Emprendedor: Cómo utilizar el 'efecto Superman'

Publicado el 21 julio 2011 por Juan Carlos Valda @grandespymes

Por Eduardo Remolins

Hace unos años vi una película en la que un francés emigraba a los EEUU y su vida daba un vuelco. No sólo se transformaba en un cocinero reconocido y lograba poner su propio restaurant, sino que era muy exitoso con las mujeres y socialmente popular.

El francés le describe su secreto a una persona que le pregunta por su éxito, en estos términos: “Soy como Superman. De donde vengo nada de lo que hago es especial, pero aquí sí. Cualquiera sabe hacer una salsa en Francia, pero aquí es una habilidad apreciada y escasa. Lo mismo con respecto al romanticismo y las mujeres. A ellas les gusta que hable en francés, pero en mi país eso no es nada especial.” Francia, en este caso, venía a ser como Krypton, el planeta del que provenía Superman y donde sus superpoderes no funcionaban. La idea me pareció brillante y, en mi opinión, describe perfectamente algo que suele suceder en el mundo de las empresas. Yo lo llamo el “efecto Superman”.

Si lo que hace al éxito empresarial es, en gran medida, ofrecer un producto diferente y superior, ¿qué mejor que ofrecer aquello que sabemos hacer con maestría, pero en un lugar donde es casi desconocido?

Déjenme que se los explique con un caso concreto. Marcelo es un emprendedor argentino que vive en España. Hace un tiempo me preguntó mi opinión sobre un emprendimiento gastronómico que planeaba abrir en ese país. Mi respuesta fue, por supuesto, que me parecía una buena idea, especialmente si aprovechaba el efecto Superman.

No es tan extraño como parece. Hace años que los argentinos escuchamos historias doradas de compatriotas que “hicieron la Europa”, con negocios tan sencillos y comunes (en Argentina), como fábricas de sandwiches de miga. No es necesario poner una parrilla para que el negocio sea “étnico” en la Madre Patria. Muchas veces alcanza con ofrecer manjares que son cosa de todos los días en Krypton, pero muy apreciados en la Tierra.

Me pregunto cuanto éxito tendría un Club de la Milanesa (clubdelamilanesa.com) en España, por ejemplo. Lo que sí sé, en cambio, es cómo funciona el negocio de La Tienda Argentina (latiendaargentina.com), a caballo tanto del gusto por lo diferente, como de la nostalgia sudamericana en el exterior.

No hace falta aclarar que el efecto Superman funciona tanto de ida como de vuelta y que cuando entramos a un comedor español, de esos donde cuelgan los jamones serranos como si fuesen faroles decorativos, los argentinos entramos en éxtasis. mientras que los ibéricos mirarían lo mismo con completa indiferencia. Mi cuñado, que vive en Málaga, sufre porque las panaderías andaluzas usan más atún que dulce de leche, y yo (que vivo en Argentina) mataría por tener en la Costanera esos puestitos de sardinas asadas que salpican la costa de Benalmádena.

Por supuesto, lo que funciona en gastronomía, también lo hace en productos culturales (música, libros, películas), muebles y objetos de decoración, indumentaria, etc. ¿De qué otro modo puede explicarse el éxito de Las Paez (laspaez.com.ar) las alpargatas argentinas “con diseño”, que se venden en más de veinte países?

Apuntar a lo que para nosotros es sencillo y natural, pero para los demás es valioso, raro o al menos apreciado

Sea un emprendimiento gastronómico, una marca de ropa o un establecimiento turístico, lo importante es hacer “la gran Superman”: apuntar a lo que para nosotros es sencillo y natural, pero para los demás es valioso, raro o al menos apreciado.

Autor Eduardo Remolins es economista especializado en Management de la Innovación, Master in Technology and Innovation Management, Sussex Universitiy Master en Economía, UTDT. Además es autor del libro La Primera Venta del Emprendedor .