Ya ha recorrido varios mercados en Centro Habana, El Vedado y Playa en busca de leche en polvo, huevos y cerveza de fabricación nacional.
Eduardo es dueño de una cafetería de sándwiches, batidos y comida criolla, en el sur de La Habana. En un pequeño remolque que adaptó a la parte trasera del auto, acomodó casi cien libras de carne de cerdo deshuesada y dos bolsas grandes de espaguetis. "Confeccionar el menú del día es un suplicio. Cada vez es más difícil conseguir pan, la carne de cerdo ha aumentado de precio y ahora en los mercados por divisas te quieren vender solo cinco cajas de pollo congelado por persona. También es un dolor de cabeza adquirir leche en polvo, harina y cerveza. Tengo la cafetería desde 1994 y ni siquiera durante el período especial sufrí tanto para adquirir los insumos", se lamenta Eduardo y añade:
"El Estado está en bancarrota. Intentan maquillar la realidad diciéndole al pueblo un montón de mentiras, recurriendo a consignas gastadas y promesas que nunca cumplen. Si Cuba fuera un país normal, todos esos ineptos que nos gobiernan renunciarían y convocarían a elecciones anticipadas. No tienen ni la más remota idea de cómo salir de este enredo. Su incapacidad y su ineficacia la está pagando el pueblo", comenta y concluye:
"El Gobierno dio marcha atrás en sus planes para frenar el auge del trabajo por cuenta propia. No lo hizo por bondad o benevolencia, si no por estrategia política, para que ese segmento de medio millón de particulares descontentos no voten NO en el referendo para ratificar la Constitución, el próximo 24 de febrero. Y como lo más probable es que el Sí gane, volverán a intentar ponernos el cepo y controlar con mano de hierro los negocios privados e impedir que la gente haga dinero".
Sara, dueña de un hostal en La Habana Vieja, opina que 2019 despierta muchas interrogantes, pero ninguna positiva. "Con el enfriamiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos están llegando menos estadounidenses. Nos encontramos en etapa alta y noto que hay menos turistas. La mayoría viene a pasar vacaciones con todo incluido a hoteles de Varadero y los situados en los cayos al norte de Villa Clara y Ciego de Ávila. El Gobierno recogió cordel con respecto a los negocios particulares, pero ya mostró su oreja peliaguda. La cuenta fiscal en el banco es un enredo y se pierde mucho tiempo haciendo colas en las sucursales bancarias. Es inadmisible que en el siglo XXI a un Estado le preocupen más las personas que ganan dinero de manera legal que la cantidad de pobres y mendigos que aumentan por año en Cuba. Si siguen así, el país va a estallar como un polvorín. La gente está muy descontenta".
Entre los trabajadores privados, los más escépticos son los taxistas habaneros. Cuando a Richard, economista, usted le pregunta sus valoraciones para el 2019, en tono irritado responde:
"Lo de los gobernantes cubanos pasa de castaño a oscuro. Son unos incapaces. No pueden garantizar nada. Ni comida, transporte, medicamentos, viviendas, salarios decentes... Ni tan siquiera un mercado mayorista para los 'cuentapropistas'. Todo son discursos, lemas y ahora Twitter contra Estados Unidos y el bloqueo. Quisieron castigar a los taxistas por su rebeldía y el tiro les salió por la culata. De más de 12.000 taxis que había en la capital, en estos momentos solo quedan menos de 1.000. Si hace un año la carrera más cara era de 20 pesos, ahora la ruta Centro Habana-Santiago de las Vegas o Centro Habana-Playa cuesta 50. La población es víctima de la soberbia y la irresponsabilidad de sus gobernantes. ¿Por qué no compran suficientes ómnibus y autos destinados al servicio de taxi? Porque no tienen ni donde caerse muertos. Lo único que saben hacer es prohibir y ponerle un freno a la gente para que no salga de la miseria y se conforme con la porquería que dan por la libreta de racionamiento. Pero todo tiene un límite".
Dueños de negocios gastronómicos, hospedajes, transporte y peluquerías con los cuales conversó DIARIO LAS AMÉRICAS comparten lo expresado por Richard. Ninguno de ellos espera nada bueno para 2019.
El alarmante desabastecimiento, la ausencia de mercados mayoristas y los impuestos abusivos que frenan la prosperidad, son temas que el Gobierno encabezado por Miguel Díaz-Canel no tiene previsto solucionar a corto plazo.
En 2018, los emprendedores privados le ganaron una batalla a las autoridades, cuando intentaron implementar absurdas normativas. Pero de un régimen que clasifica como presunto delincuente a las personas que hacen dinero y de mal nacidos por error en Cuba a los cubanos que opinan diferente, cualquier cosa se puede esperar.