Emprender está en la mente: Por Robert Kiyosaki

Por Carlos Carlos L, Marco Ortega @carlosmarco22

Mientras seguimos trabajando en la creación del nuevo Boletín Electrónico de Aprender y Emprender, iniciamos la publicación de una serie de artículos relativos a ideas desarrollados por Robert Kiyosaki, del cual me parece que no será necesario hablar para darlo a conocer, y sólo como introducción, puedo mencionar que la lectura que principalmente nos motivo a iniciarnos y desarrollarnos en este mundo fue la del primer libro de Robert Kiyosaki: Padre Rico Padre Pobre .

Esta serie de artículos inicia con de Emprender Está en la Mente:

Mi padre me dijo: "El mundo está lleno de gente que quiere ser emprendedora. Se sientan tras sus escritorios, tienen títulos que suenan importantes, como vicepresidente o gerente, y algunos hasta se llevan un salario decente a casa.

Estos supuestos emprendedores sueñan en comenzar su propio imperio comercial y tal vez un día, algunos lo harán. Pero creo que la mayoría no dará el salto y tendrán alguna excusa, alguna racionalización como `cuando los niños crezcan', o 'cuando tenga suficiente dinero ahorrado'".

"Pero nunca saltan del avión", respondí, completando su idea.

¿En qué nivel del juego deseas participar?

Mi padre rico continuó explicando que el mundo estaba lleno de diferentes tipos de emprendedores. Hay grandes o chicos, ricos y pobres, honestos y deshonestos, por ganancia y altruistas, santos y pecadores, de pequeñas ciudades e internacionales, así como exitosos y fracasados. "La palabra emprendedor es una palabra importante y tiene significados diferentes para distintas personas".

Mi padre quería que comprendiéramos que cualquiera puede ser emprendedor. La niñera del vecindario es una emprendedora y también lo era Henry Ford. "Nuestro trabajo es decidir qué tipo de emprendedor quisiéramos ser, ambos son importantes para sus clientes. Es como la diferencia entre el futbol americano callejero, el de preparatoria, el universitario y el profesional", cada uno tiene su público.

Cuando yo estaba en la universidad en Nueva York jugaba futbol americano, nuestro equipo tenía la oportunidad de practicar con jugadores de un equipo profesional, los Jets de Nueva York. Pronto fue obvio que los universitarios, aunque jugábamos el mismo deporte que los profesionales, estábamos en un nivel diferente.

Como linebacker mi primera llamada de atención ocurrió cuando traté de taclear a uno de los Jets que regresaba para entrar a la línea. Creo que él apenas notó que le pegué. Sentí que trataba de parar a un rinoceronte en plena embestida.

Ese corredor y yo éramos del mismo tamaño, pero después de intentar taclearlo me di cuenta que la diferencia no era física, sino espiritual. Tenía el corazón, el deseo y el don de quien tiene talento natural para ser un gran jugador.

Hoy en día, no pretendo ser un emprendedor tan importante como Thomas Edison, Henry Ford, Steve Jobs o Walt Disney. Pero puedo aprender de ellos y usarlos como mis mentores.

¿Qué clase de emprendedor somos o queremos ser?

En este mensaje de Kiyosaki queda claro que hay de emprendedores a emprendedores. Aunque me es doloroso, yo mismo al colocarme en este plano, en ocasiones me siento como aquellos pequeños emprendedores que no se han atrevido a saltar de un avión, sino solamente de una litera. Y entonces es aquí cuando uno comienza a replantearse los objetivos y las metas de porqué estamos aquí.

En nuestro Blog Personal estamos hablando más detalladamente sobre toda nuestra historia en este mundo que iniciamos a mediados de 2007 y donde hemos tenido avances importantes (en conocimiento y experiencia principalmente, también en un drástico cambio de mentalidad), pero también hemos tenido caídas desastrosas (como la que recientemente nos sucedió y de la cual estamos aún padeciendo sus estragos), ocasionadas princialmente por la falta de compromiso y disciplina.

Es por ello que durante los últimos meses hemos hablado de un replanteamiento que no habíamos podido aterrizar, pero interesantes situaciones nos han obligado a tomar al toro por los cuernos, y es precisamente ahora cuando realmente estamos trabajando en serio y con objetivos claramente definidos.

Parecerá un cuento de nunca acabar, pero en los próximos meses se notarán las diferencias.

Gracias por tu atención y seguimos en contacto.

Autor: Carlos Cardoso. http://www.aprenderyemprender.com

C. Marco