Hace meses que le doy vueltas a este post y he tenido mis dudas sobre publicarlo o no. Principalmente porque como trabajo en redes sociales y el lema que se difunde es "felices cual unicornios" no quiero ser yo quién fastidie esta fiesta de palabrejas hispter y modernas.
Pero resumiendo y con las palabras que todo el mundo conocer, hoy vengo hablaros del maravilloso mundo del autónomo o como dice mi pareja siempre "automono", yo me lo guiso y yo me lo como. Que hoy en día se ha rebautizado con la palabra emprender.
No quiero desanimar a nadie con este post y estas reflexiones personales, así que si estás en plena fase de lanzarte a la piscina con tu proyecto personal, montada en un unicornio y teniendo un braimstorming de purpurina contigo misma, quizás es mejor que te vayas a tomar un mojito con una tostada de aguacate y no te leas mi post, que va ser peor que un telediario para tu alma soñadora.
Hace casi dos años y medio me despidieron de mi trabajo, uno en el que estuve 14 años dándolo todo. Lo hicieron por restructuración económica (os lo traduzco al castellano de a pie: fui madre por 2da vez y no les molo que eligiera a mi hija antes que a ellos). Por esa época ya yo andaba sumergida en estos mundos cibernéticos escribiendo contenido, currándome todas mis redes sociales y disfrutando de ellas. Hice caso a una amiga e invertí tiempo en convertir en conocimientos mis años de experiencia en el sector.
Y como las redes sociales son muy "bonitas" hasta me lancé a eso que llaman "emprender" y decidí que por una parte mi hobby de blogger, se convertiría en trabajo (graso error, no conté con la salida instagram y sus champiñones, así como el poco valor del marketing de influencia de este país), esto da para otro post, quizás el año que viene. Y por otra parte abrí mi propio chiringuito conocido como "sal en las redes", perdón por mi web a mis amigas copys, en casa del herrero cuchillo de palo, ni tiempo para mí tengo.
TIEMPO, que palabra tan preciosa, esa que nadie tiene y te contrata porque tú si lo tienes, pero ojo, el suyo sí vale y el tuyo no. Si vienes el fontanero y te arrea 170 euricos por cambiarte un tubo en 30 minutos, tú pagas sin rechistar. Ahora si alguien viene y te ayuda a crear una estrategia digital de tu negocio, te enseña a utilizar las redes sociales y a mejorar tu escaparate....eso tiene que ser a precio de primark.
Quién dice social media, dice mil profesiones más que cada vez son más necesarias por el mundo acelerado en el que vivimos y digitalizado. Por supuesto esto requiere una entrega de horas, de actualidad, de imaginación y creatividad que a veces, como humanas que somos, explota o no da más de sí. Pero sobre todo también colleva un coste real, aunque algunos no lo entiendan.
1er tip unicornio: Tu tiempo vale lo mismo que el del resto y si te descuidas hasta más. Permítete el lujo de decir NO y para de vez en cuando.
A todo este cóctel molotov hay que unirle ser madre de 2 criaturas, por las cuales el emprendimiento se convierte en tu arma de conciliación, pero ojo de doble filo. Sí, claro que tienes más flexibilidad que en la oficina, pero curras más horas que antes. La noche es eterna, la hora de comer se acorta porque "así aprovecho" y si además estas en casa, ya ni te cuento no vez la luz del túnel. Si además sois 2 autónomos en casa, en fin no te cuento el final del cuento porque la princesa no quiere saber nada del príncipe, quiere pillar su caballo y salir galopando a un mundo lejano donde haya mojitos, hamacas y poca cobertura.
2do tip para los que sigáis en el unicornio: intenta que tu sede de trabajo sea fuera de casa
Podría seguir rematando la faena comentando que vivimos en un país sin ayudas reales para emprender. Donde en ciudades como la mía, Barcelona, pagar el alquiler es un lujo, y claro con los ingresos que he generado este año como no me busque un chamizo bajo el puente, jodido hubiera sido.
3er tip unicornio: si vas a emprender intenta tener un buen colchón, lo vas a necesitar...
Así que yo lo tengo claro, el emprendimiento es como instagram cuantos más seguidores tienes más te vienes arriba pero en cuanto miras el engagement y eres consciente de lo que ha convertido esa imagen...decides que quizás si pago publicidad, quizás si compro un boot. El escaparate lo mantendrás pero tu estructura se irá desquebrajando, porque todo tiene un límite, hasta tu cansancio y tu colchón de dinero.
4 tip unicornio: a veces es necesario parar, hacer números y valorar.
Llegados a este punto quiero agradecer a todos los que este año han caminado a mi vera, en mi camino de locura . Agradecer a mis padres por estar ahí siempre y apoyarme a su manera. A Betti por haberse cruzado en mí camino. A todos los maravillosos clientes que me han hecho ver que me gusta mi trabajo, y que sirvo para ello. Pero esta que está aquí, quiere seguir su camino en moto, que va más tranquila que en poni y ver los unicornios pasear de cerca. Léase, voy a buscar la manera de poder volver al mundo asalariado, y mientras compatibilizar mi emprendimiento de una manera consciente y real, sin dejarme la salud como me la he dejado.
Aprovecho para pedir perdón a mis hijos por si alguna vez leen esto y decidles "yo solo quise ser feliz en mi trabajo y si alguna vez os ocurre, yo estaré para apoyaros". Así que ahora toca hacer colchón, para que los unicornios al menos puedan ser algo más que un espejismo.
Os deseo a todos unas felices vacaciones, yo creo que las tengo merecidas, ahora solo queda que sea capaz de asimilarlas, he llevado tal ritmo de trabajo que me cuesta hasta cerrar la agenda (que para septiembre empieza a estar llena, señal que no lo hice tan mal 😉
*Las fotos de este post son de mi propiedad