En un mundo en el que todo está globalizado, las fronteras existen imaginariamente en los mapas políticos, y las comunicaciones son virtuales casi en milésimas de segundo, te sitúas en Chile, Brasil o Australia gracias a al inmenso abanico de posibilidades que favorecen las redes sociales, creando una nueva comunicación 2.0. Esto crea una interacción incuestionable y sobre todo acceso a cualquier tipo de información incluso aquella que no es políticamente correcta
Igual pasa con los empleados de empresas que ven cambios fuera y quieren verlos internamente, porque como personas de ésta época viven y cada vez somos más dentro del mundo virtual que ofrecen las redes, pero ven las incapacidades de directivos para ejecutar acciones que desconocen, pero hacen el "como si". Porque claro cree que no se pueden equivocar, tal vez por miedos a perder el ritmo de vida devenido de esos altos cargos, o tal vez porque tienen un ¿status?
Estamos en la era de aprender todos de todos, y no sólamente como se pensaba en otros tiempos que sólo se aprende de los mayores o de quien está por encima. No, estamos en la época de Aprender Jugando con Arte, para crear verdaderos equipos de talentos que puedan desplegar toda su capacidad y conocimiento para poder dar mejor servicio al cliente y convertirlo en fans, porque el empleado pasa a ser embajador de la empresa que va dando los pasos como muchas multinacionales americanas para ser auténticas Marcas.
Afortunadamente ésto está cambiando y cada vez va a más, porque el Arte lejos, pero muy lejos de lo que se puede pensar no sólo está en espacios cerrados para ser admirado como algo inaccesible, al contrario el Arte está donde se quiera ver y encontrar dispuesto a servir como emisor de mensajes.
Aunque hay muchos altos ejecutivos que no lo quieren ver, en la creencia de que al tener una imagen corporativa desde hace décadas asentada en el mercado internacional, están exentos de caer. Nada más lejos de la realidad. Lo que destilan estos altos ejecutivos en sus conversaciones en las que quieren llevar el mando, es una gran inseguridad de saber que tienen que cambiar, pero no saben cómo y además no lo pueden mostrar, porque pierden status. Menos mal que hay otros, que están más arriba y en cúpulas más altas con mejores vistas que si están dispuestos a escuchar y es más quieren cambios, porque ser vagón de cola no mola. Cuando desde todo lo alto puedes ver todo un amplio horizonte para cosechar todos.