en 2015: Tu te lo pierdes

Publicado el 30 diciembre 2014 por Isabel Isabelquintin

Hola, hola!Es cierto que estoy de vacaciones, pero el blog no descansa así que como el año está por terminar, me paso a contarles sobre  un nuevo proyecto, porque aquí no todo es drama e historias tristes. No señor!
 Tú te lo pierdes, es una historia más liviana, divertida y relajada. De éste modo me inicio de lleno como autora de Chick Lit.
 Se publicará luego de Fugitiva, creo yo que será para mitad de año, pero no está de más tenerlo todo listo.
Les dejo un adelanto para que se hagan una idea y me cuenten que les parece.

"De un momento a otro , mis ojos se enfocan en mi reflejo en el ventanal y me quedo observando los detalles de mi rostro y del maquillaje que llevo.¿Qué tipo de mujer no quisiera ser?¿Cuánto tiempo va? Diez minutos…Estos zapatos empiezan a cobrarme el impuesto de importación.Me observo las manos, mis dedos y recuerdo a Hugo, el último chico que hizo parte de “Te lo pierdes”, era lindo, besaba bien, callado, sonrisa tímida, buen amante… ojos azules…¡Ojos azules! ¿De quién son esos ojos?Me giro y frente a mí, un chico me observa divertido¡Por Dios! Casi me mata de un infarto… — Un dólar por tus pensamientos…— ¿Perdón? — respondo aturdida, el corazón me va a mil por hora.— ¡Oh! Lo siento, ¿Te asusté?¡No idiota! Todo el tiempo me pasa que tras mi reflejo en un cristal me encuentro a alguien.— Eso parece, quedaste muda y estás pálida. Bueno más… — y sonríe a medias.Responde algo LenaEstá guapo, bueno… muy guapo.— Parece que estás mejor, te volvió el color a las mejillas.¡Mierda!— Sí, estoy bien — balbuceo.Cierra la boca o empezará a escurrirte la baba.— Discúlpame si te asusté, es que estabas tan concentrada que pensé que veías algo en el exterior y me acerqué para saber que era.— No te preocupes, solo pensaba en algunas cosas que tengo que hacer.La gran puerta dorada se abre y para mi sorpresa, me encuentro con Julia White la directora de BEAU España.Al verme, abre sus ojos de par en par y hace su mueca de emoción.— ¡Lena querida! Qué bueno que ya estés aquí.— Julia, qué sorpresa. No sabía que estarías aquí, pensé que me reuniría con Hannah…— No nena, Hannah está de viaje, pero estoy yo así que es casi lo mismo. Pero pasa por favor.Ingreso en la oficina, es amplia pintada de blanco y magenta y con fotografías, muchas fotografías de distintos tipos y colores de ojos… un escalofrío me recorre de nuevo.— Te presentaré a Liz, ella será tu mano derecha.Liz es una chica delgada y alta, con el cabello castaño, ojos pardos y facciones delicadas. Se pone de pie y me saluda con un beso en la mejilla.— ¿Mi mano derecha? No entiendo.
— ¿No lo sabes?— No, Fiorella no me dijo nada.— ¡Qué mujer! Siempre tan reservada. Ven, siéntate conmigo.
Nos acomodamos en un sofá negro en forma de L.— Tráenos té, Liz.— ¿Puedes decirme lo que pasa?— Tranquila cariño, no es nada de otro mundo. Es algo beneficioso para la revista y lógicamente para ti.— Y ¿Qué es?— Nos enteramos del motivo que te trajo a New York y queremos que estrenes tu título de periodismo con nosotros.Llega el té y Liz se sienta frente a mí. Me mira con una eterna sonrisa y aprisiona contra su pecho una carpeta.— ¿Casilda Watts?
Julia asiente con malicia.— Ella no concede entrevistas
— Lo sabemos, por eso tu eres la indicada para esto.— ¿Qué quieren saber?— Tenemos información que queremos verificar. Nos han dicho que su ultimo libro está basado en una historia real, para ser mas especifica, la protagonista está inspirada en ella misma y es un evento ocurrido hace mucho tiempo atrás.— Aun no entiendo qué papel juego yo— Lena, te creí más inteligente… — le da un sorbo a su té — te lo diré más despacio porque tal vez no me entiendes muy bien en inglés. Harás periodismo de investigación, te harás su sombra, te ganaras su confianza y así le sonsacas la verdad.
¿Qué?Yo no puedo hacer eso. Va en contra de mi moralAunque no parece, pero tengo moral y no puedo hacerlo. A es mujer la he admirado por años y si ella no quiere hablar yo no puedo obligarla, es un juego sucio.No y ¡no!— Lo siento Julia, no puedo hacerlo.Mi respuesta no le sorprende y sigue con la misma expresión.— Mi querida Lena, no estás en condición de elegir. Tú le debes mucho a esta casa. O ¿no lo recuerdas?— ¿Disculpa?— Si cariño, la fama de tus libros no es gratuita, el nombre de esta casa tiene su peso en oro y no creo que te hayas olvidado de toda la publicidad invertida en ti, Eres buena, incluso me recuerdas a Casilda cuando se dio a conocer con su primer libro. Tan llena de ilusiones y disfrutando de la fama y el reconocimiento… pero llega un momento en que se debe pagar por los favores recibidos.— Esto va más allá de mis principios. No pueden obligarme a hacerlo.— No te obligamos Lena, estamos negociando contigo un precio justo y razonable. Asi como tu no escatimas en gastos para darte gusto con vestidos como el que llevas hoy, Un clásico Armani… y que decir de tus zapatos Prada o la cartera de Saint Laurent… eso no se paga con las pocas regalías de los libros de una novata o ¿sí?— Mis finanzas no están en discusión.— Claro que si porque si no aceptas esta oferta la novela en la que habitas no tendrá un final feliz. Perderás tu espacio en esta casa y perderás los derechos de autor de tus historias.— Nadie puede quitarme los derechos de autor…— Niña ingenua, ¿no te han enseñado a leer la letra menuda? La editorial que te publica pertenece a esta revista, al firmar el contrato, cediste los derechos.
— Pero…— Pero nada — entorna los ojos y se acerca a mi — Sin nuestro apoyo seguirías siendo la simplona de Elena Rocha, trabajarías en cualquier periódico y tu fama llegaría a la de Mecanógrafa sensacionalista. Así que tu decides que valor le das a tus adorados libros y que grado de gratitud tienes para con esta casa — se levanta en dirección a la puerta — ah, y no pienses en demandar. ¿Quién te creería? — me abre la puerta.
Recojo mi cartera y busco la dignidad que me quedó por el suelo y me pongo de pie. Camino despacio y un dolor generalizado se instala en mi cuerpo, creo que me han dado la golpiza más fuerte de mi vida, sin un solo roce.— Quiero el primer reporte para la próxima semana — y cierra la puerta.Salgo del edificio con el alma hecha un nudo, tengo ganas de llorar y de gritar. Hace tanto tiempo que no me sentía tan impotente, tan subordinada, tan manipulada…
¿Qué es lo que quieren que confirme?
El último libro de Casilda Watts es la novela más desgarradora y estremecedora que no pensé llegar a leer de ella. Es posible creer que está basada en hechos reales, pero ¿decir que Casilda Watts asesinó a su madre…?
¡Por Dios!
¿Qué voy a hacer?
Fiorella no me puede ayudar y tampoco puedo decírselo a nadie.
¿Perder mis derechos de autor?
Eso sería el fin de mi sueño, de mi carrera como escritora. Quien sabe lo que inventaran para desacreditarme.
Terminaré de editora de pasquines…
¡Maldita sea! Qué se abra la tierra y me trague.— ¿Un café para pedir disculpas?
— ¿Qué? — me da un respingo el corazón.
¡Son esos ojos azules en ese magnífico rostro!
No Lena! Nada de rollos que ahora si que tienes problemas.
— Que si me aceptas una invitación a tomar un café y me disculpo por el susto que te causé. Y de paso por este.
Tal parece que es experto en alterarme los nervios.
— No es necesario, estoy bien.
— Es un café…
¡Si Lena, es un café no una pedida de mano!
— No puedo aceptarle esa invitación a una persona que no me ha dicho su nombre..
— Cierto… ¿Cómo te llamas?
— ¿No debería ser al revés? Tú dime tu nombre…
— No puedo invitarle un café a una persona que no me ha dicho su nombre…
Suelta una risa espontanea que se me clava en lo más profundo del corazón ¿Qué me está pasando?
— Soy Len… Elena, Elena Rocha.
¡Empecé mal! Ya le di mi nombre real.
— Stephan Bradley, encantado.
¿Stephan Bradley? De dónde conozco ese nombre…
— ¡Hola! ¿Adónde te fuiste?
— Lo siento, tu nombre se me hace conocido aunque no recuerdo muy bien porqué.
— Puedo ayudarte con eso, soy fotógrafo.
¡Pero claro! He visto varias de sus exposiciones… Se ve distinto…
— ¿Te cortaste el pelo?
Ladea la cabeza y levanta una ceja.
— No te reconocí porque tenía en la memoria un fotógrafo con un look al estilo Jesucristo.
Su sonrisa es más amplia esta vez.
— La magia del cambio de look. ¿Te tomarías un café con este fotógrafo?
— Claro que sí.— ¿Qué hacías por BEAU?¡Oh no! Por favor no dañes el momento.— Una reunión de trabajo — cómo cuesta decirlo.— ¿Eres modelo?— Soy escritora— Pues yo te digo que no quedarías mal en alguna portada.Ya estuve en varias, ahora me las están cobrando…— No es lo mío, gracias.— ¿Qué es lo tuyo?— Escribir, contar historias.— ¿Te harán un reportaje?— No, resulta que también soy periodista. Y quieren que empiece mi carrera periodística haciendo un trabajo “especial”.— ¿Especial? — se lleva la mano al mentón — Suerte con ello.La necesitaré.— Y ¿tú que hacías en BEAU? No eres fotógrafo de moda, hasta donde yo sé.— Estaba regresando un par de “regalos” y entregando en persona mi negativa a hacer parte de su staff. Es demasiado superficial para mi."

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Hasta prontito
Besos

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¡Gracias por leer!