En blanco y negro, reivindicando el color

Publicado el 14 noviembre 2011 por Carmentxu

Tremendo hoy El Roto en El País

Blanco y negro, buenos y malos, nosotros y ellos, o yo o el abismo. La campaña enfila hoy los últimos cinco días (el sábado es para que descansemos, este año como Dios manda) y ha simplificado todavía más el discurso hasta el mínimo común denominador y el bipartidismo se ha compactado sobre la conciencia colectiva como hizo el chapapote hace nueve años en la Costa da Morte. Frente a la realidad cuadriculada, vuelvo a reivindicar frente a la simplificación el infinito espectro de tonalidades curvas del gris para matizar, debatir, acercarse en lo común, diferenciarse en los puntos de vista y crear nuevos colores en el cristal con que miramos, cada día más atónitos e incrédulos. Cuando defendía el gris, no me refería a colocar al frente a grises, ni a contables ni a registradores de la propiedad. Y esta parece ser la fórmula adoptada por esa realidad en blanco y negro que se nos pretende vender: nuevos escaños para gente gris, cobarde, cuyo fin en este mundo parece ser el de pasar desapercibida con la esperanza, al menos, de no ser peor que el anterior. El margen ahora es amplio, aunque la política de recortes de manual que se avecina amenaza con aprovechar ese pequeño porcentaje que todavía queda para hacer bueno al anterior. Es ley de vida: se ha conseguido siempre hacer bueno al anterior excepto con Aznar, a quien no ha habido manera de hacer mejor pese a los esfuerzos invertidos durante todo este tiempo.
Y con tanto gris sólo se puede hacer una cosa cuando la batalla parece perdida: resistir, echarse al monte si hace falta, construir parapetos y pertrecharse bien tras las barricadas contra las acometidas y las hordas de aburrimiento que vienen, y que amenazan con dejarnos tan inermes y desarmados como una acelga. Hay que armarse de valor, de sentido crítico, de ideas, de ganas, de esperanza y de humor también y lanzarlo como proyectiles, como alternativa a una España en blanco y negro de No-Do’s, nadas y don nadies.