En un país donde no se puede ser bueno con las manos, al menos se intenta serlo con los pies. Ese, por ejemplo, es el caso de Brasil, cuya la educación intenta vencer, respectivamente, una “lucha” ardua contra el Mundial de 2014 y los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2016, para que no sea “chutada” por sus gobernantes.
Belo Horizonte
En Belo Horizonte – una ciudad ubicada en el estado sureste de Minas Gerais –, la educación ha obtenido una victoria el jueves 20 de diciembre. Pues el ministro del Superior Tribunal Federal (STF) Dias Toffoli negó a ésa Alcaldía el permiso para que pudiera incumplir con el artículo 160 de la ley municipal, que establece inversiones mínimas de 30 por ciento del presupuesto en educación. La Administración municipal dijo que la obediencia a la ley podría, por ejemplo, afectar las inversiones en el Mundial – ya que Belo Horizonte o simplemente BH, como es llamada en la nación suramericana, será una de las ciudades que va a acogerlo –, además de provocar otros daños: ofrecer obstáculos a los proyectos de movilidad urbana y que la prestación de cuentas podría ser rechazada.
El alcalde minero Marcio Lacerda intentó argumentar, se basando del artículo 212 de la Constitución brasileña de 1988 que prevé inversiones mínimas de 25 por ciento en la educación. Y negó que haya tenido la intención de quitar dinero de ésta para invertir en el evento deportivo. La petición fue presentada a la Procuraduría de aquella región el pasado 13 de diciembre.
Para el ministro Toffoli, la ley municipal existe desde el 1990 y resaltó que la Alcaldía hizo tal solicitud fuera del plazo, por lo tanto, imposibilitando que la Hacienda Pública pudiera oponersela en la Justicia, ya que iba en contra del artículo 188 del Código de Proceso Civil, que determina plazo en doble para eso.
Sin embargo, antes de buscar la ayuda en el Superior Tribunal, la Alcaldía ya se lo había intentado en el Tribunal de Justicia de Minas Gerais (TJ-MG, por sus siglas en portugués), que también le ha negado por considerar “inconstitucional” e “improcedente”.
Río de Janeiro
Desafortunadamente, los alumnos de la Escuela Municipal Friedenreich – gestionada por la Alcaldía de Río de Janeiro – no tienen que brindar: desde hace un mes, ellos están intentando impedir el derrumbe del local, que está ubicado en áreas cercanas del complejo deportivo de Maracanã – que va a ser privatizado por el gobierno fluminense –, y podrá transformarse en canchas de balonvolea para los Juego Olímpicos y Paralímpicos de 2016, ya que es la ciudad que va acogerlos. Ésta también será una de las sedes de los partidos de fútbol de 2014.
El día martes 19 de diciembre último, un proyecto de 2009 para catalogar dicha escuela fue aprobado por la Cámara de los Concejales, lo que sería la solución para esos estudiantes, pues así la escuela no podría ser afectada. Sin embargo, el alcalde Eduardo Paes ha dicho que lo vetaría, de acuerdo con el diario brasileño “O Globo”. El Ejecutivo carioca ya estaría negociando con el gobernador Sergio Cabral transferir la escuela para un antiguo terreno del Ejército en el barrio de São Cristóvão, y que los gastos con el cambio serían de las autoridades fluminenses. Sin embargo, el proyecto fue quitado de la votación del Legislativo municipal tras modificaciones y por falta de quórum, porque no se supo decir si el antiguo Museo de los Indígenas sería añadido al proyecto de catalogación como patrimonio cultural.
El proyecto tiene que pasar por dos votaciones para que sea aprobado. Pero, la Cámara de los Concejales será renovada el próximo 1er de enero, cuando se encierra el mandato de esos políticos, pues en octubre pasado el país realizó elecciones.
La Escuela Friedenreich es considerada una de las mejores instituciones de enseñanza pública de Río de Janeiro, según el Índice de Desarrollo de la Educación Básica (Ideb, por sus siglas en portugués), de 2011, que es un examen de evaluación del Ministerio de la Educación (MEC, por sus siglas en portugués) para los grados iniciales. Hay una petición con más de 17 mil firmas de apoyo a esos estudiantes en el portal “Meu Rio” para que sea enviada al secretario de la Casa Civil del Estado, Regis Fichtner. El nombre de la escuela es un homenaje a Arthur Friedenreich, un fallecido futbolista del inicio del siglo XX.
En cuanto al antiguo Museo de los Indígenas, hay una orden de la Justicia que prohíbe el derrumbe y la expulsión de los indios que viven allí. La multa por desobediencia es de cinco millones de reales (cerca de dos millones 408 mil dólares o un millón 829 mil euros). La intención del gobierno del Estado era convertir el sitio en aparcamiento para el Mundial de 2014.
Brasil y la educación
Conforme los datos de la Unesco – Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura –, Brasil está en la 88.ª posición en la educación. En una reciente pesquisa con 40 países encomendada por la empresa Pearson a la “Economist Inteligence Unit”, por ejemplo, el gigante sudamericano sólo ha superado a Indonesia, quedándose en la 39.ª colocación y perdiendo para naciones como la Argentina y México, lo publicó la revista “Exame”. Para un país que no consigue ser bueno con las manos, le resta intentarlo con los pies, transformando a una gente fanática por el fútbol.
Lea también:
El Mundial de 2014 es de Brasil, pero no es de los brasileños