En breve REVISTA REALIDADES Y FICCIONES # 19 - Diciembre ...

Publicado el 01 diciembre 2014 por Hectorzabala

ISSN 2250-4281

indicando nombre y apellido, ciudad y país

* Un exponente del realismo alemán: Theodor Fontane, "Jenny Treibel". Reseña (Anna Rossell).

* Reseña crítica de "Hagiografía de Narcisa la bella", de Mireya Robles (María Eugenia Caseiro).

María Eugenia Caseiro (currículo), La Habana, Cuba / Miami, Estados Unidos

Y orando, no habléis inútilmente, como los paganos,

que piensan que por su parlería serán oídos.

No os hagáis, pues, semejantes a ellos, porque

vuestro padre sabe de qué cosas tenéis necesidad,

antes de que vosotros le pidáis.

-Evidentemente habéis oído hablar de la Santísima Trinidad, mas no es así como se debe rezar. Os he tomado afecto, venerables staretzi, porque advierto que queréis complacer a Dios. Pero ignoráis cuál es la forma de servirlo. Esa no es la manera de rezar. Oídme, que yo os la enseñaré. Lo que os diré está en las Sagradas Escrituras de Dios, que dicen cómo debemos dirigirnos a Él.

-El Hijo de Dios descendió a la Tierra para salvar al género humano, y a todos nos enseñó a rezar. Atended y repetid conmigo.

Se encuentra en las islas Solovetsky (bahía de Onega, mar Blanco) al noroeste del territorio ruso. La ciudad de Arcángel está más al este, en tierra firme a orillas del río Dviná. El monasterio dista de esa ciudad unos 280 kilómetros por barco. Esta distancia hace muy creíble el apuro inicial del capitán del cuento por terminar el viaje (aunque luego cedió ante el soborno) pues no se trataba de un recorrido corto. También se entiende que la visita al monasterio constituyera para los rusos de fines del siglo XIX toda una excursión, un verdadero acontecimiento social.

2) su caminata sobre las aguas septentrionales del mar de Galilea. [1]

Los tres staretzi (ermitaños) del cuento son gente simple, muy simple, sin ninguna instrucción religiosa. Su oración es tan ingenua que hasta resulta cómica: "Tú eres tres, nosotros somos tres. Concédenos tu gracia", haciendo alusión a la Santísima Trinidad, dogma que afirma que Dios es uno pero conformado por tres personas distintas.

León Tolstoi era una persona de gran humanidad y bien versado en cuestiones teológicas. Un hombre culto que sabía distinguir la forma de la esencia en la religión que profesaba. Conocía la Biblia en profundidad y a su fino espíritu no podía escapar la notable diferencia entre la doctrina cristiana original y las tradicionales reglas que por entonces aplicabala Iglesia Ortodoxa, confesión muy similar al catolicismo romano.

A decir verdad, la inicial actitud dogmática del arzobispo no es siquiera coherente con la misma Biblia. La oración del Padrenuestro (la única que enseñó el fundador del cristianismo a sus discípulos) sólo se encuentra en dos evangelios canónicos: el de Mateo (capítulo 6, versículos 9 al 13) y el de Lucas (capítulo 11, versículos 2 al 4). Si comparamos ambas versiones, notamos que difieren entre sí[2], que no son dos pasajes bíblicos exactos.

De estas diferencias muy bien puede inferirse que Jesús y sus apóstoles no daban tanta importancia a las palabras exactas sino al espíritu de la plegaria en la comunicación entre el cristiano y su Dios. A través del texto, Tolstoi nos hace hincapié en que mientras el arzobispo jerarquizaba la precisión del rezo, los humildes staretzi sólo daban importancia a su honrado corazón de creyentes. En síntesis, estaban más cerca de Dios y del cristianismo original estos tres ermitaños ignorantes que el cultísimo arzobispo.

Esto parece reforzado por la introducción que el propio Mateo nos muestra antes de pasar a la enseñanza del Padrenuestro. Es decir, cuando cita a su maestro Jesús recomendando a sus discípulos: "Y orando, no seáis habladores, como los gentiles, que piensan ser escuchados por su mucho hablar. No os asemejéis, pues, a ellos, porque vuestro Padre conoce las cosas de que tenéis necesidad antes de que se las pidáis." (Mateo 6: 7 y 8) [3] y que muy sagazmente el propio Tolstoi nos pone como epígrafe del cuento.

[1] Mar de Galilea: A este "mar" se lo conoce también como lago de Genesaret o de Tiberíades, pues se trata de una extensión bastante profunda de agua dulce de 21 km de largo (N-S) por 13 km de ancho (E-O) al noreste de Israel en las cercanías de su frontera con Siria. Este lago está a unos 200 metros bajo el nivel del mar. La historia de la caminata de Jesús de Nazaret en sus aguas septentrionales se encuentra en los evangelios de Mateo (14: 22-27), Marcos (6: 45-52) y Juan (6: 16-21).

[2] Si tomamos la versión castellana de la traducción Nácar-Colunga (católica), observamos claramente estas diferencias (se ha resaltado en rojo las tres frases del Padrenuestro del evangelio de Mateo que se omiten en el de Lucas):

Texto del capítulo 6 de Mateo (vs. 9 al 13): 9 Así, pues, habéis de orar vosotros: Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; 10 venga a nos el tu reino, hágase tu voluntad, como en el cielo, así en la tierra. 11 El pan nuestro de cada día dánosle hoy, 12 y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestro deudores, 13 y no nos pongas en tentación, mas líbranos del mal.

Texto del capítulo 11 de Lucas (vs. 2 al 4): 2 Él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu nombre; venga a nos tu reino; 3 danos cada día el pan cotidiano: 4 perdónanos nuestras deudas, porque también nosotros perdonamos a todos nuestros deudores, y no nos pongas en tentación.

* Si tomamos cualquier otra versión castellana, por ejemplo la de los monjes jerónimos Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera (muy usada por algunas iglesias evangélicas modernas) vemos que las diferencias entre ambos textos son similares a las de la Nácar-Colunga.

[3] Traducción Nacar-Colunga.

LEÓN TOLSTOI (Lev Nikoláievich Tolstoi)

UN EXPONENTE DEL REALISMO ALEMÁN

Theodor Fontane, Jenny Treibel.

Traducción y notas de Constanza Pelechá Vela.

Erasmus Ediciones, Barcelona, 2012, 198 páginas.

Theodor Fontane (Neuruppin, 1819 - Berlín, 1898), autor clásico del realismo alemán -comparable a nuestro Leopoldo Alas-, que concebía la novela como una forma de retratar su tiempo, nos ha legado con su vastísima obra narrativa un documento vivo y matizado de los ambientes que él frecuentó y conoció bien: los de la nobleza de Brandemburgo y la burguesía berlinesa. Agudo observador y magistral narrador, autor de numerosísimas novelas y relatos, libros de viaje, poesías, biografías y dramas, así como de artículos periodísticos, su mirada escrutadora sabe dibujar con precisión personajes bien diferenciados que cobran vida con todos los repliegues de su carácter. Pero el ojo penetrante de Fontane no se limita a la mera descripción aséptica. La voz narradora se manifiesta distante y crítica, y esta actitud confiere a sus textos el carácter de afinado retrato social de su tiempo, de la ya decadente nobleza -en Effi Briest (1896), por ejemplo, la novela que en justicia le dio fama internacional- y la pujante burguesía, caracterizada por una ausencia absoluta de identidad. Así Fontane, que como buen representante del realismo tiende a la narración neutral y desapasionada, aprovecha conscientemente la clara imposibilidad de este supuesto teórico para colar su finísima ironía en los matices y dejar sutil constancia de su posicionamiento.

Publicada tres años antes que Effi Briest, su más afamada novela, Frau Jenny Treibel (1893), como reza el título original y que como tantas otras de sus novelas lleva sintomáticamente un nombre de mujer ( Grete Minde, L'Adultera, Cécile, Stine, Effi Briest, Mathilde Möhring), se despacha a gusto con la burguesía berlinesa contemporánea.

RESEÑA CRÍTICA DE "HAGIOGRAFÍA DE NARCISA LA BELLA"

Afortunadamente los libros me han acompañado en momentos en que de no ser por ellos el tiempo hubiera sido menos digerible. Esta vez sucedió con una novela, Hagiografía de Narcisa la bella, que la escritora y amiga Mireya Robles tuvo la gentileza de obsequiarme incluida en un lote que contiene gran parte de su obra impresa.

En Hagiografía de Narcisa la bella, Mireya Robles despliega la tremenda autoridad de su cosmovisión ontogénica. Es ésta una de esas novelas que puede catalogarse por su particular originalidad. Una historia que no cuenta, sino que da cuenta de lo verdaderamente perdurable en su memoria cosmogónica y esto es producto del simbolismo más puro, el que proviene de las transformaciones como única causa de las aserciones que otorga asumir un protagonismo impuesto desde la prehistoria misma, la propia y la universal. Hagiografía de Narcisa la bella cuenta además con una narrativa que sume al lector en su arrolladora marcha impuesta por su único, intencionalmente prolongado capítulo que ha sido salpicado con una especie de inventario cronológico constante franqueador, que no flanqueador, de las asechanzas que impone la modularidad propia de la novela. Hace de este alucinante engranaje, un registro de la historicidad cotidiana del momento en que su autora sitúa la trama incorporado a un escenario capaz de retratar la esencia de lo perentorio, o de lo urgente dentro de un marco seglar que no escapa a la idea de un tiempo autónomo, concebido únicamente en sus circunstancias más íntimas que, encarando el tema de la homosexualidad, fluyen vinculadas a ese cómputo de anuncios que dan soporte al escenario en que la autora escoge las manifestaciones epocales antes que las descripciones corpóreas de las escenas.

Poeta, narradora, ensayista y crítica literaria nació en Guantánamo, Cuba (12/3/1934), y está nacionalizada estadounidense. Realizó estudios en el Instituto de Guantánamo, donde se graduó como Bachiller en Ciencias y Letras; también cursó Derecho Civil e Internacional en la Universidad de La Habana. Licenciada por el Russell Sage College, de New York, tiene una maestría por la University of New York at Albany y está doctorada por la University of New York at Stony Brook.

Catedrática en varios colleges de Estados Unidos, fue Senior Lecturer en . En la actualidad es Investigadora Asociada Honoraria de esa universidad. la University of Natal, Durban, Sudáfrica desde 1985 hasta 1994

Poesía: Petits Poèmes (1969), Tiempo artesano (1973), En esta aurora (1976).

Novela: Hagiografía de Narcisa la bella (2002), La muerte definitiva de Pedro el Largo (1998), Una mujer y otras cuatro (2004).

Ensayo: Profecía y luz en la poesía de Maya Islas (1987).

"Estación de nosotros" se titula el nuevo poemario de Alberto Boco, el reconocido poeta argentino que acaba de ser publicado por la editorial Buenos Aires Poetry.

Nacido en la ciudad de Buenos Aires en 1949, el poeta Alberto Boco ha publicado hasta hoy, además del título que nos ocupa, los siguientes libros: Arcas o pequeñas señales (1986), Galería de ecos (1989), Ausentes con aviso (1997), Cartas para Beb (2007), Riachuelo (2008), Malena (2012), Visitas inoportuna s (2014). Entre otros reconocimientos, su obra ha recibido el Primer premio en el Primer Concurso Nacional de Poesía "César Domingo Sioli", Premio "Ciudad de Junín", 2005; la Primera mención del jurado en el VII Concurso Nacional de Poesía - Tandil 2003, auspiciado por la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires y la Secretaría de Cultura de la Nación, 2003; la Mención de Honor del jurado en el IV Concurso Nacional de Poesía " La Luna Que", 2002 y la Mención del Jurado del Premio Provincial de Literatura "Dr. Carlos Auyero", Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, 1999.

Dotado de una voz precisa y fácilmente reconocible en la polifonía porteña, Boco se caracteriza por diversos atributos poéticos, no siendo el menor la aguda conciencia que tiene de su proceso creativo y la génesis final de lo creado. Señala el poeta en un reportaje publicado por la revista estadounidense Newsletter Cervena Barva Press , Nº 67, junio 2011, Massachusetts: "Estoy convencido de que la poesía, una cuestión de palabras y su propia música, sobre todo nos lleva a un tipo de conocimiento sobre el mundo que no podemos obtener de ninguna otra manera, una especie de asimetría que nos muestra el mundo de una manera especial , no sólo en cuanto al punto de vista, sino también como una distorsión que nos trae más profundamente y más cerca de todo lo que llamamos habitualmente realidad."

En esa distorsión que enuncia el poeta argentino estriba el núcleo de la diferenciación entre el fundamento y lo fundado que exige Gilles Deleuze en su segundo requisito, para hacer de la poesía de Boco - "una cuestión de palabras y su propia música" - lugar del sentido y campo de lo trascendental, de un modo (el cómo que hace el qué ) independiente del sector de Occidente donde la intersección de los diversos marcos ha generado, a un tiempo, tanto al autor como a su obra. Como aparente paradoja, Alberto Boco es uno de los poetas inmediatamente reconocibles como argentinos... ¿Por qué? Porque el modelo de síntesis que su obra establece se inscribe al mismo tiempo en la World Literature y en la tradición de la búsqueda estética propia de -¿tengo que decir, "la mejor parte"?- la todavía, aún, joven poesía de la Argentina: el logro de una síntesis entre la hoy impensable transcripción de lo real señalada por Pavese como norte de los escritores estadounidenses de su tiempo, y la conformación de universos paralelos que le endosaba el gran escritor italiano a los colegas europeos. Esta capacidad de síntesis es otro de los grandes logros de este más que notable autor rioplatense, cuya obra ya ha trascendido los márgenes del país y se exhibe como una de las más sólidas facturas del presente. Indispensable en la biblioteca del lector de poesía latinoamericana contemporánea.

¿De qué hablamos cuándo hablamos de finales abiertos? La pregunta no parece que pueda encontrar una respuesta inmediata y convincente, pues tiene algunas aristas insospechadas. Si pudiéramos alcanzar una definición o, por lo menos, ponernos de acuerdo sobre sus características, el asunto podría ser fácil de resolver. Antes de avanzar dejemos de lado aquellos famosos libros llamados Escoge tu propia aventura , ya que estos eran textos ficcionales realizados con intenciones didácticas. Vamos a hablar de la muletilla, del cliché que habitualmente conocemos como "finales abiertos".

David Lodge en El arte de la ficción , parafraseando a Jane Austen en La abadía de Northanger , dice que "un novelista no puede ocultar que se acerca el final de la historia (como sí puede hacerlo un dramaturgo o un director de cine, por ejemplo) porque le delata el escaso número de páginas restantes" [2002: 350-1]. Pareciera evidenciarse una falla en la literatura, pero inmediatamente Lodge la subsana: plantea que hay que diferenciar el final de la historia que la novela cuenta y las últimas páginas del texto. ¿Quiere decir, entonces, que la resolución de los conflictos se puede plantear muy lejos de las últimas páginas?

Probablemente el inconveniente que existe para que nos pongamos de acuerdo esté en que pasamos por alto la contextualización de la lectura. Quizá el resquicio sea la fe ciega que depositamos en los conflictos de cierta ficción, sin evaluar que a partir de Joyce, Kafka y Céline, entre otros, lo inconcluso será una característica que nos dejará el inicio del siglo XX.

James Joyce en Finnegans Wake nos ofrece un final circular: no nos deja otra posibilidad que, una vez que leamos la última línea, retornemos al inicio. Así concluye, de acuerdo a la cita que del texto hace Lodge: "un camino solo al fin amado alumbra a lo largo del" [2002: 24]. Y esa contracción "del" abandonada en el texto, sin siquiera un punto final que la acompañe, se unirá ineludiblemente al inicio de la novela: "Río que discurre (...)" [2002: 24] y el círculo se pondrá en marcha, rechazando alguna supuesta conclusividad del texto literario.
Recordemos también que ninguna de las tres novelas de Kafka fue terminada. Quizá él mismo haya decidido que así suceda, ya que no se conocen motivos explícitos para que no las haya completado. La inconclusión no fue un impedimento ni para que Kafka encuentre, post mortem , a sus lectores ni para que Max Brod pueda revelar al mundo, en un reconocido acto de traición, la sorprendente obra del escritor checo.

Louis Ferdinand Céline en Guignol's band rompe con todas las expectativas: en el momento que todo necesita resolverse -incluso una muerte- se detiene. ¿Y qué hace? En el último capítulo el narrador se transforma en el mismísimo Céline. Llega hasta nosotros, se presenta y avisa que la novela estaba prevista para unas 1200 páginas, pero que el editor lo estaba apurando para publicar lo que ya tenía escrito. A partir de ese momento Céline imagina los comentarios ofensivos que harán de la novela, y se ataja y nos refriega las apostillas que los especialistas hicieron de sus novelas anteriores. Entonces nos sugiere que esperemos a que salgan el Guignol's II y el Guignol's III. Y en esas palabras, entre bromas y reproches del narrador -ahora convertido en el verborrágico Céline-, de pronto surge la clave: "¡La emoción lo es todo en la vida!" [1980: 365]. Y esa es la clave, porque la novela, y lo hago extensivo a cierta literatura, no pretende contarnos una historia en donde el final sea concluyente. O peor aún, el final puede narrarse sin que el lector lo perciba en el mismo momento que lo lee. El final en Guignol's band está mucho antes que en ese último capítulo, sólo hay que reconocerlo entre tantas palabras. Por lo demás, creo que no hace falta aclarar que nunca existieron los Guignol's II y III .

[1925] Ortega y Gasset, José, La deshumanización del arte , Madrid, Ed. de la Revista de Occidente.

Condecorado en la Primera Guerra Mundial, sufrió heridas en la batalla de Ypres que le dejaron secuelas físicas permanentes. Su literatura causó (y sigue causando) mucha polémica por su estilo mordaz, sin tapujos y hasta grotesco, pero en especial por su abierto antisemitismo. Debió exiliarse en 1944 temeroso por su vida. Acusado de colaboracionista de los nazis, fue arrestado en Dinamarca y puesto en prisión durante un año y medio. En 1950 la justicia francesa lo condenó en ausencia pero regresó a Francia en 1951 después de la amnistía. Parte de su obra sigue prohibida en su país. Pese a todo, se trata de uno de los escritores franceses más traducido del siglo XX.

Novelas: Viaje al fin de la noche (1932), Muerte a crédito (1936), Apología de Muerte a crédito (1936), Guignol's Band (1943), Casse-pipe (1952), Fantasía para otra ocasión (1952), Fantasía para otra ocasión II - Normance (1954), Conversaciones con el profesor Y (1955), De un castillo a otro (1957), Norte (1960), El puente de Londres (1964), Rigodón (1969, póstuma).

Obra no narrativa: La iglesia (drama escrito hacia 1930), Homenaje a Zola (discursos, 1933), Mea culpa (panfletos antisoviéticos, 1936), Semmelweiss (ensayo novelado, 1936), Bagatelas para una masacre (panfleto antisemita, 1938), La escuela de los cadáveres (panfleto antisemita, 1938), Ballet sin música, sin nadie, sin nada .

Una ciudad como Viña del Mar ha sido invadida en el último tiempo por el parque automotriz cada vez más caótico, edificios modernos llamados inteligentes y los mall o centros comerciales. Si bien es cierto que es real la belleza natural de nuestras costas y jardines, muchos sostienen que no es ni comparable a lo que era Viña del Mar en los 50. No obstante, la ciudad ha ganado en actividad comercial, nuevos cafés que actúan como espacios de sociabilidad pequeñoburguesa. Pero como dice Castagneto (Viña del Mar, La hija de los rieles) "Las perdidas patrimoniales de la ciudad han sido grandes pero difíciles de cuantificar, entre ellas la especulación inmobiliarias, los terremotos, la desidia y el cambios en los gustos".

La ciudad en la obra del escritor uruguayo Felisberto Hernández está caracterizada por un pasado indeterminado. "Había una vez, en aquella casa cerca del río". El río de la Plata o cualquier otro río del orbe. Al igual que Kafka la ciudad es desierta, sin mayores detalles de nombres de calles y lugares. Ese procedimiento le da un carácter universal, misterioso. Lo atrayente de la propuesta de Felisberto es el detalle de la ciudad de la provincia: una cartografía del afuera. El tiempo en la periferia es cansino e introspectivo. Las ciudades de Felisberto son de recuerdos de infancia y adolescencia, de juegos, de un erotismo naif. Las mujeres en Felisberto son un misterio. Los personajes siempre tratan de ver qué hay detrás de lo aparente. La ciudad de provincia, entonces, es un imaginario de una gran fantasía desbordante.

La ciudad de Di Benedetto es parecida a la de Felisberto. También se respira quietud, pero tiene un componente más amenazante. En Los suicidas de Di Benedetto el suicidio espontáneo y sin sentido invade de pronto a la ciudad. Vemos una ciudad aletargada por el sol inclemente, delirante. En Los suicidas el misterio no se resuelve. "Nacemos desnudos" dice al final el protagonista, y morimos sin saber qué vendrá. Pese a todo creo ver una esperanza, sí remota acaso, pero al menos esperanza. La amante le dice "no lo hagas". Tal vez sea una advertencia de que morir tampoco sea un descanso.

Las ciudades de Carlos León son espacios amistosos: la peluquería reflejada en Las viejas amistades o el café como en el otro relato El hombre del traje blanco, o esas ciudades de provincia donde conviven sobrinos y tías solteronas. La ciudad en León es reconocible, Valparaíso e Iquique aparecen en el recuerdo. Pero así como uno envejece, la ciudad cambia y se transforma. La ciudad progresa y retrocede: paraíso y conflicto conviven desigualmente en manos de los poderosos invisibles, como dice Sergio Holas, analizando la poesía de Ennio Moltedo, con su fascinante última entrega antes de morir, Las Cosas Nuevas, que nos induce a pensar que debemos resguardarnos los espacios y tiempos invadidos por las imágenes del consumo y la farándula.

La desterritorialización de las interacciones políticas se hace cada vez más en la red, lo que implica menos hábitos de relaciones. Lo mismo pasa con los llamados mall, los cuales a mi modo de ver sí son lugares de intercambio y encuentro. De hecho en sus interiores existen cafés y la gente se reúne a conversar. Tal vez la crítica de ciertos sociólogos, politólogos y antropólogos está enfocada a advertir que el centro comercial al tener público que gusta de asistir al mall, se convierte en un consumidor compulsivo. Resulta extraño, como dice un antropólogo, sostener que son espacios que no existen, un no lugar, en circunstancias que los públicos sí los prefieren a las plazas o los espacios más abiertos. Por lo demás, en sus interiores el consumo sí es una relación simbólica y cultural. En una ciudad como Viña del Mar, con impresionantes paisajes costeros, los domingos muchas familias prefieren ir a distraerse a los centros comerciales que dar un paseo por la costa, aunque eso está cambiando. Actualmente, el paseo costero que parte de avenida Perú y que unirá Reñaca, el balneario más importante del país, ha significado un incentivo a la práctica del deporte con las ciclovías y la práctica del trote o running. A pesar de las contradicciones de las ciudades, en la medida que haya mayor conciencia de la ciudadanía por exigir mejores espacios públicos la ciudad mejorará. Pensar el paraíso es también adecuarlo al tiempo que vivimos.

En el caso de una ciudad como Viña del Mar, se vende la idea de Ciudad Bella lo cual la emparenta con una postal turística, exenta de complejidad. Siempre he escuchado que los viñamarinos son apáticos y arribistas. Ante la mirada de Valparaíso se dice que en la "Ciudad Jardín" no pasa nada, lo cual refleja una cierta ligereza, pues pasan muchas cosas. El punto está en que hay que conocer los micromundos de los barrios en los altos de Viña del Mar. Por lo pronto, muchos barrios populares -como Forestal, Gómez Carreño, entre otros- fueron sectores de resistencia en los tiempos difíciles. Su identidad ha sido la toma de terrenos como forma de asentamiento. Además en Viña del Mar en los años 60 surgieron varias iniciativas de gran impacto cultural, como los foros de cine de un grupo de gentes, como el connotado médico y cineasta Aldo Francia, que le dieron un espíritu imaginario y cultural a nuestra ciudad. Las conversaciones en el mítico café Cinema fueron un centro de encuentro de lo mejor de nuestra poesía regional.

La ciudad escatológica de Granjerías infames del poeta Rubén Jacob, en Caminata, reclama por lo excrementicio de la ciudad abandonada, donde la mugre cubre los recintos. Vemos una ciudad industrial, un infierno urbano donde no hay espacio para la felicidad. En Enroque el hablante lírico juega la última partida de ajedrez con la muerte en una ciudad desierta. Y sabe que será la última partida. Veo allí una crítica a la ciudad de los vivos, la ciudad del pillaje y la corruptela en contraposición con la ciudad de los muertos, donde nada sabemos.

En este torneo/ No es buena cosa/ No sirve/ Es inútil jugar ajedrez con la muerte.

Narradora y poeta cubana. Reside en Miami, Estados Unidos. Miembro de la Unión de Escritores y Artistas del Caribe, de la Unión Hispanoamericana de Escritores, de la Asociación Caribeña de Estudios del Caribe y Miembro Colaborador de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE). Integra la Muestra Permanente de Poesía Siglo XXI de la Asociación Prometeo de Poesía y el Consejo Editorial de La Peregrina Magazine. Colabora conla Asociación Canadiense de Hispanistas.

Ha participado como jurado en certámenes literarios. Ha obtenido reconocimientos su por dedicación a la difusión de la cultura. Premio José María Heredia, Primer Premio Narrativa Artesanías Literarias, Primer Premio Poesía Carta Lírica 2011. Ha publicado el poemario No soy yo en versión bilingüe, español y rumano, Nueve cuentos para recrear el café en versión bilingüe, español y francés, y el libro de poemas, Escaparate, el caos ordenado del poeta, que reúne varias épocas de su poesía.

Jorge Aloy es argentino y nació en 1963. Licenciado y profesor en Letras por la Universidad de Lomas de Zamora (UNLZ), participó de grupos de investigación y se desempeña como docente en la Facultad de Ciencias Sociales de la UNLZ en la cátedra Taller de lectura y escritura. En la actualidad realiza una maestría en la Universidad de Buenos Aires sobre el estudio interdisciplinario de la subjetividad. En 2013 fue finalista en el concurso "Paco Urondo", en el rubro Investigaciones; su ensayo será publicado como parte de una antología por la UNZL.

Noelia Natalia Barchuk Löwer

Resistencia (Chaco), Argentina

(currículo en revista Realidades y Ficciones Nº 13)


Ilustración de carátula y emblema:

Scottsdale (Arizona), Estados Unidos

Monterrey (Nuevo León), México

(currículo en revista Realidades y Ficciones Nº 17)

Miguel Ángel Galindo Núñez