Tuvieron que pasar 480 días de esa conquista para que el alero volviera a vestirse de manera oficial y retornara a la actividad que le permitió jugar en la Liga Nacional Argentina, la ACB y la NBA. Y lo hizo en el club de ciudad natal y el que lo vio nacer deportivamente, el club Unión Deportiva de Venado Tuerto y fue por un partido de liga local.
"Cada persona tiene su lugar, y el mío es Venado Tuerto. Ahora juego por hacer algo, para divertirme con mis amigos y nada más. Hasta ahora, apenas tuve tres prácticas. Esto es solamente por diversión. Desde que dejé, recuperé tranquilidad" le dijo el jugador al noticiero Todo Noticias con respecto a esta decisión.
El resultado del encuentro resultó favorable a su equipo por 95 a 67 y el ex Fuenlabrada y Unicaja tuvo una destacada actuación pese a venir de una larga inactividad: 22 puntos (6 de 10 tiros de dos, 3 de 7 en tiros de tres), 21 rebotes, 6 asistencias, tres tapones y 2 recuperos en 32 minutos de juego. Pese a sus buenos números declaró tras el juego que por momentos se sintió cansado y que aún debe ponerse en forma y tomar ritmo de juego.
Video resumen de su actuación y declaraciones post partido
Herrmann también cuenta con un pasado importante en la selección de su país -obtuvo la medalla de oro en el campeonato Sudamericano 2004 donde fue escogido como Jugador Mas Valioso gracias a sus 22,4 puntos y 5,4 rebotes de media y el oro en los Juegos Olimpicos de Atenas del mismo año, donde fue una pieza importante en los triunfos de cuartos ante Grecia y semifinales ante USA- por lo que su regreso a las canchas abre el debate sobre si merece una oportunidad para ser probado y estar en Londres 2012. Al preguntarle sobre eso, fue determinante:"Hay que estar en una forma impresionante, venir jugando en un equipo grande, y yo hace mucho que no estoy en ritmo, no estoy en el nivel del resto del equipo"
Un accidente automovilístico en el año 2004 privó a Herrmann de gran parte de su familia y lo predispuso a observar la vida desde otra perspectiva: el basket dejó de ser su pasión y se convirtió en un trabajo. Tras varios años con pocos minutos en la NBA y una temporada con altibajos en Baskonia, Walter decidió que era momento de parar la pelota. Las ofertas disponibles no satisficieron sus necesidades y se recluyó en su ciudad natal donde se mantuvo alejado de las canchas. Tras 16 meses decidió que es un buen momento de volver y lo hizo en el club de su infancia y junto a sus amigos. No por dinero ni por trabajo, simplemente en busca de su propia felicidad.