Aprovechando que estos ya andan al alcance de la pesca de orilla, decidimos andar en busca de ellos pudiendo desplazarnos rápidamente y hacer cambios de planes rápidos si la cosa no funcionaba
El sábado empezamos pescar por la tarde en un día de mucho viento y soleado, por lo que decidimos batir Isa y yo agua con spinners de gran tamaño. Y la cosa no se hizo mucho de esperar ya que al poco tiempo de llegar a la zona donde creíamos que íbamos a tener resultados, noto una fuerte picada en mi spinner, pero que no logro clavar.
A los diez minutos aproximadamente me dice David "¡Mira, Isa tiene uno!", sin pensármelo, deje la caña en el suelo y salí corriendo para allá y nada más llegar vez que se trataba de un gran pez queriéndose ir contra una rama. Hubo un intento donde logró evitar que se enramase, pero la segunda vez fue inevitable. Al ver al pez atrapado entre los palos, que no iba ni para adelante ni para atrás, me quité los zapatos y los pantalones y a por el que fui.
Una vez lo tuve en las manos nos inundó una gran alegría, en cuatro días y medio que lleva pescando, ya cuenta con un gran lucio en su palmaré. Tras unas cuantas fotos que nos hizo David, lo devolvimos rápidamente al agua.
Desafortunadamente fue la única captura del día, pero sabíamos a lo que nos exponíamos y con esa captura, yo al menos, me fui para casa más que contento.
Muchas gracias David y Lucia por la cena de después, esos chuletones estaban espectaculares, espero otras jornadas en breve.