En el cuidado de la piel, ciertas costumbres aceptadas como sanas son realmente una bomba de relojería. Hay veces que la solución a un problema no hace más que agravar lo que queremos tratar. Pensando en esto, quiero compartir con vosotras algunos consejos que me dio una gurú de Dr. Hauschka, ella me enseñó que para nuestros rostros menos es más, simplificando nuestra rutina de cuidado facial podemos lograr mejores resultados y lucir una tez mucho más radiante.
Antes de empezar tratemos de olvidar los conceptos de piel grasa, normal y seca, todas las pieles necesitan los mismos cuidados básicos: Limpieza, tonificación e hidratación. Sabiendo esto, debemos tener en cuenta que nadie tiene la piel siempre igual, las estaciones, la alimentación, el estrés, falta de sueño, procesos hormonales, excesos de sol… Hay demasiados factores que hacen que nuestra dermis esté siempre variando de estado. Además, es muy normal que ciertas zonas del rostro sean más grasas y otras más secas. Al etiquetar los rostros como “grasos” o “secos”, los tratamos de forma que ocultamos sus auténticas necesidades, nos forzamos a vivir en un estado constante y eso es algo imposible en lo que a piel se refiere. Lo primero que debemos hacer es cambiar nuestra rutina, hay que desterrar todo extra y aferrarse a los básicos, así, la piel de nuestro rostro se autoregula de forma natural y puede expresar qué cuidados específicos necesita eventualmente.
Paso 1: Limpieza suave y profunda
Paso 3: Hidratación
Si seguimos estos tres pasos básicos todas las mañanas y por las noches nos limitamos al paso uno y dos, en unas semanas podremos saber las necesidades reales de nuestras pieles. Las chicas que tenían un rostro muy seco y que, noche tras noche, se aplicaban ricas cremas nutritivas para aliviarlo, descubrirán que su piel no es tan seca, resulta que al obstruir los poros con densas cremas antes de acostarse, lo que lograban era evitar que sus pieles trabajasen y se regulasen, por lo que se volvían más resecas. Lo mismo las chicas de pieles grasas. Este consejo de olvidarnos del último paso por la noche es vital, hay que acostarse con la piel lo más desnuda posible, por eso la tonificación es un paso tan importante, nos permite dar una hidratación moderada que no ahoga nuestra piel y la deja trabajar.
Siguiendo esta rutina, cuando nuestro rostro esté especialmente seco o graso, nos estará pidiendo algún tratamiento extra, ahí es cuando debemos darle una mascarilla específica o una exfoliación. Pero pensad que tal vez no sea todo el rostro el que está pidiendo un cuidado específico, si notamos alguna zona más seca, apliquemos un poco de crema más rica solo en esa zona. Lo mismo si notamos una zona más grasa, no hay que saturar toda la cara con productos astringentes, simplemente hay que usarlos donde hagan falta.
Con un ritual en el que no se utilizan cremas de noche y encima, con nuestro rostro ya solo pidiéndonos cariños extra un par de días al mes, en vez de a cada rato, no solo ganaremos tiempo y gastaremos menos dinero, también estaremos más guapas y felices.
¿Os animáis a simplificar vuestra rutina de cuidado facial?