Se los dije, es más se los dijimos muchos, muchas veces pero no entendieron, y ahora no tienen el valor ni la dignidad de reconocer que están enviando el país al atolladero. La gran masa es inculta, ignorante y manipulable, eso nos lo enseñan desde el primer semestre de la carrera de comunicación en la universidad, y de nuevo, constatamos que tienen razón.
El actual régimen político reinante, pues no cumplen con las características para decirle gobernante, se vendió a las masas como “la esperanza de México”, se postuló como la mejor opción, y muchos se la creyeron, les compraron la idea. Hoy sabemos que más de la mitad de los que votaron por ellos están arrepentidos de haberlo hecho, están decepcionados por su elección.
Los borregos eligieron al lobo que se los comerá. Y así es casi siempre en la historia de la política mexicana, el “voto de castigo” nunca ha dado los resultados esperados en la administración pública de los recursos de nuestra nación. La mejor opción siempre debería de ser el “voto razonado”.
El problema es que a la masa, al populacho, a la chusma, no le gusta razonar ni pensar. Por eso estamos viviendo una oclocracia o ideocracia como hace varios años un humilde servidor lo predijo.
Se enalteció lo bajo, lo corrompido, lo putrefacto, y en cambio se censuró y se limitó lo que sí enaltecía al género humano. Hoy los proyectos para la ciencia y tecnología tienen que rogar por financiamientos privados pues los recursos públicos que deberían de estar enfocados en ellos, se desperdician en circo, maromas y béisbol.
Hoy sabemos que la aceptación del presidente y su gabinete está por los suelos, tiene empinado al país enfilándolo a una recesión socio-económica como hace muchos años no se había visto. Incluso algunos la comparan al fracaso que vivió la “Revolución Mexicana”, fracaso tan grande que llegó al grado que la hicieron marca registrada de un partido político para burlarse de quienes intentaron derrocar al régimen gobernante.
Ahora no le dicen revolución, ahora le dicen “regeneración” pero es la misma cosa pero más revolcada en azúcar glas, para endulzarla más para engatusar más sencillamente a sus seguidores. Si la Revolución Mexicana solo hizo a los pobres más pobres y a los ricos más ricos (porque ellos fueron realmente quienes la ganaron), ¿que podemos esperar de esta “regeneración”?
Algunos futurólogos y especialistas en informática han dicho que lo que México necesitaría para salir del pozo a donde va es una inteligencia artificial que lo administre, que tenga bien definidos los conceptos de justicia y bienestar social, desligada totalmente de partidos políticos o agrupaciones religiosas, que administre honradamente, en base a los valores y virtudes humanas todos los recursos del país.
Buen tema para la ciencia ficción dirán algunos, pero... ¿Confían que se termine la pútrida corrupción política y social que hay en el país en unos cuantos años? La realidad nadie se cree ese cuento. La desigualdad social es producto de la gente que no le gusta trabajar ni estudiar, por culpar de ellos el país está donde está. Sí, la culpa es de ellos, de los que no quieren cambiar, que quieren que el país o el mundo cambie cuando los que están mal son ellos.
Es lamentable ver como ese 20% de fanáticos del neo-fascismo que algunos intentan implantar siguen venerando a quien terminará por dejarlos sin comer. Los expertos y especialista ya han hablado, pero no se les quiere hacer caso, no ponen atención a sus palabras y consejos. ¿Quien va a saber más de administración y gobierno, alguien que en 18 años no ha trabajado en nada o alguien con más de 20 años de experiencia desarrollando proyectos y llegando a las metas?
Nicaragua, Cuba y Venezuela son ejemplos de lo que el fascismo y la ideocracia pueden crear, o más bien destruir, depende de nosotros si vamos a dejar un país mejor para los que vienen, ¿o tendremos que pedir auxilio a otro país más poderoso para que venga a rescatar al pueblo de su gobierno como ya está pasando en esos países?
Al presidente no se le esta pagando para que pierda el tiempo diciendo que le dejaron un mugrero de país, se le paga su sueldo de funcionario público para que solucione y arregle ese mugrero. Cuando lo haga se lo reconoceremos, pero si no lo hace y se la pasa perdiendo el tiempo, también se lo señalaremos. Un país no se arregla con buena voluntad, se arregla con hechos.
Ahí se las dejo de tarea.
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