A medida que cumplo años noto que pierdo interés por los toros, no tengo claro el motivo, puede ser por falta real de afición o bien porque tengo tantas cosas que hacer y tantas aficiones que es necesario elegir entre las más queridas y las menos. Sea como fuere yo en 2016 me siento menos taurino que en 2006, es una realidad de la que no estoy orgulloso ni me arrepiento, simplemente ahí está. Por contra, cada año me siento más profundamente defensor del derecho a disfrutar de la Fiesta Nacional que tienen todas las personas y también me siento más decididamente crítico con la barbaridad cruel y cobarde que supone el Toro de la Vega (así lo he escrito aquí todos los años, el día de esa paleta tradición).
Dicho esto, me veo obligado a dar la cara por un ciudadano español, padre de una niña y amante de su profesión, porque he visto perplejo cómo la sociedad intolerante con el diferente y el poder político/judicial inquisidor con el señalado, se dedican a utilizar los medios que todos los españoles ponemos a su disposición, para atacar al débil o al que les permita posicionarse como “un héroe”.
Los héroes de verdad se forjan sus leyendas combatiendo sin pedir nada a cambio, generalmente luchando en desigual posición (David y Goliat) e incluso perdiendo la vida en el empeño. Los héroes se lanzan sin miedo contra los malos y los débiles humanos que les contemplamos, aplaudimos, honramos y recordamos. Pero los héros no pisotean al débil, no aprovechan una luchita pequeña para sacar la cabeza, tampoco se aprovechan de una “moda” para humillar al que pasa por delante.
Fran Rivera pasaba por delante de twitter y resulta que al perroflauterío antitaurino le dio por mirar…y le vieron. Le vieron con su hija en brazos dando un muletazo a una vaquilla cansada, “¡intolerable!” debieron pensar y “esta es la nuestra para arrearle” y a ello se pusieron, le dieron hasta en el DNI. Pero bueno a eso se arriesgaba el hombre cuando colgó la foto. Lo que no es tan normal es que la Fiscalía de Menores se aproveche de eso para quedar como Tom Cruise en Top Gun, apoderarse de un jaleo para convertirse en “el Fiscal que no tenía miedo a los famosos”. Mi dinero no está para eso, el sueldo que ese Fiscal cobra no está para eso y los medios que la sociedad pone a su disposición no están para eso.
Las Fiscalías de Menores deberían dedicarse a los barrios donde los niños no van al colegio porque sus padres no quieren, a los hijos de los camellos que pasan droga y con 12 años ya gritan “agua” cuando viene la policía. La Fiscalía de Menores debería preocuparse por los casos que no salen en la tele y dejan en paz a los padres que queremos hacer con nuestros hijos lo que creemos que es mejor.
Pero lo que no debe hacer la Fiscalía de Menores es decirle a un profesional, a un padre normal, lo que hacer con su hijo. Porque si nos ponemos así, debería entrar entrar a twitter a denunciar a todos los padres que cuelgan fotos con sus hijos en los “castellers” en Cataluña, a los que suben a sus hijos a caballos, a los que les montan sin sillita en el coche, a los que los tiran al agua sin flotador para que aprendan a nadar, a los que dicen “que pruebe un poquito de vino” por hace la gracia, a los que los llevan en bicicleta por el monte, a los que les llevan al monte para que sepan lo que es la caza, a los que les suben en el camión porque les hace mucha ilusión e incluso a los que llevan a sus hijos a las fallas a tirarse petardos.
Los antitaurinos tienen todo el derecho a decir lo que quieran, faltaría mas, igual que yo tengo derecho a decir que seguramente no dirían nada si Fran Rivera y su mujer hubieran decidido matar al bebé abortando hace unos meses. Yo tengo el mismo derecho a decir que a ellos no les importa el bebé, les importa el toro.
Queridos fiscales de menores, o a todos o a ninguno, porque esto de querer hacerse famoso por aprovechar una sociedad aperroflautada para darle bien a un famoso torero es muy cutre, muy peligroso y muy indignante. Me da miedo que un Fiscal actúe contra un padre solamente por una foto, me da miedo que un Fiscal actúe contra un padre porque lo dice la masa, porque lo dice twitter. Mucho miedo.