La película juega con el fantástico, y se codea con el film noir. Una película pausada, un thriller fuera de lo que últimamente es común, y eso es bueno.
Berntrand Tavernier, dirige en coproducción americana y frnacesa, la adaptación de la novela de James Lee Burke, donde Tommy Lee Jones, es Dave, un detective del estado de Lousianna, que investiga las muertes de unas prostitutas. Detiene a un actor de Hollywood, conduciendo borracho, que esta rodando una película en la zona. Este en el proceso de la detención le dice que ha encontrado un cadáver en las inmediaciones del pantano. Se trata de un hombre negro, muerto hace 40 años, y que despierta la memoria del detective, pues fue testigo de su asesinato aún sin resolver. Llevara en paralelo la investigación de todas las muertes, mientras un fantasma del pasado le visita para reavivar su memoria.
Y es que la relación entre ellos, es lo que más parece importar en la película, y desde luego es el motor de la misma, ya que entre las dos investigaciones, y las apariciones del fantasma del pasado, todo parece un poco confuso, y pierde atractivo, no así, la recreación de prácticamente todos los personajes.
Entre los actores, tenemos al ya mencionado y perfecto en el papel Tommy Lee Jones, pero también están John Goodman, como un buen mafioso, Peter Sarsgaard, quizá el peor tratado con el personaje que le ha tocado, Ned Beatty, y una perfecta Mary Steenburger, que también borda su papel, y es figura principal en la vida del detective.