Dave Robicheaux (Tommy Lee Jones) es un detective que vive en la ciudad de Nueva Iberia (Luisiana, Nueva Orleans), en la zona devastada por el huracán "Katrina". La investigación de la aparición del cadáver de una chica joven en las inmediaciones empieza a complicarse debido a la escasez de pistas.
Sin embargo, el detective comienza a sospechar que el crimen puede estar relacionado con el personal del rodaje de una película sobre la guerra civil, cuyo productor, Julie "Baby Feet" Balboni (John Goodman), es el principal sospechoso. Además, el actor principal de la película, Elrod Sykes (Peter Sarsgaard), informa de la aparición del esqueleto de un esclavo en los pantanos. Todo ésto hará que Dave Robicheaux se implique personalmente en la resolución de ambos asesinatos.
Llega con dos años de retraso a nuestras pantallas esta película realizada en 2009 por Bertrand Travernier y basada en un libro de James Lee Burke. La peculiar situación temporal en la que se sitúa la película (el paso del huracán "Katrina") ha perdido parte de su efectismo ahora, aunque sí conserva la sensación de abandono y desesperación que se vivía en la zona en aquel momento, representado a través de los ocasos anaranjados en los fríos y húmedos pantanos de las zonas menos pobladas de Nueva Orleans.
La estupenda elección de los actores que invaden la película no sólo demuestra la acertada dirección de Bertrand Travernier, sino también su capacidad para transmitir las sensaciones que viven los personajes tanto principales (Tommy Lee Jones, John Goodman) como secundarios (Peter Sarsgaard, Mary Steenburgen o Ned Beatty).
La música de Marco Beltrami, siempre sorprendente, se encuentra a medio camino entre el drama más intenso y la aventura, con piezas alegres, e incluso divertidas, durante los constantes paseos del protagonista en busca de la verdad de un lugar a otro; que ayudan a contrarrestar la tensión de otras escenas más dramáticas, tétricas y oscuras de los pantanos.
Tommy Lee Jones vuelve a interpretar a un agente de la ley, un papel que ha representado ya en todos los registros posibles y del que no parece librarse. En esta ocasión, es un detective casado y con una hija, que trabaja en solitario en el pequeño pueblo de Nueva Iberia, y que vive muy atormentado por un asesinato que presenció en su niñez y que el huracán ha vuelto a sacar a la luz en forma de cadáver. Por si no tuviera bastante con las complicaciones propias de su trabajo, e inducido por el actor principal de la película que se rueda en el pueblo, comienza a tener visiones sobre la guerra civil que enfrentó al Norte y al Sur entre 1861 y 1865 en Estados Unidos.
El argumento es muy similar al desarrollado en la serie de televisión Twin Peaks: Ambos empiezan con el descubrimiento del cadáver de una joven en un pueblo en el que todos tienen mucho que ocultar y nadie quiere ser descubierto. Al igual que en la serie, la aparición de nuevos cadáveres y los personajes extraños pueblan el lugar. Nadie es quien parece ser y todos pueden estar implicados en uno de los muchos asesinatos sin resolver que pueblan el metraje.
Tal y como pasaba en la serie, ambos protagonistas utilizan algunos métodos más o menos legales para avanzar en su investigación, aunque no siempre con resultados satisfactorios, ya que esta forma de actuar provocará que el agente de la ley (o alguien de su entorno cercano o familia) esté casi siempre en peligro. Pero, aunque para llevar su investigación utilice métodos al margen de la ley, no duda en prestar su ayuda a cuantos la necesiten, aunque quien la necesite sea un caso perdido.
El que puede perderse un poco es el espectador entre tanto nombre, apodo, lugar, recoveco, misterio a medias y asesinato entrecruzado; aunque el guión (y la desafortunada elección de una imagen promocional) da pistas sobre quién puede ser el mayor culpable en la trama bastante rápido, el extenso metraje puede llegar a cansar y aburrir si no se van tomando puntos de referencia entre los personajes (vivos y muertos).Muchas más noticias en No es cine todo lo que reluce.