Desde su nacimiento, en los cercanos montes universales, el río Tajo queda encajonado discurriendo entre enormes cañones de roca caliza en diferentes tonalidades de ocre y amarillo. A lo largo de su curso alto, se encuentra acompañado de un inmenso pinar que cubre laderas, barrancos y sus partes más altas, destacando al fondo siempre el agua verde esmeralda totalmente cristalina y muy oxigenada refugio de truchas y nutrias. El río Tajo, nuestro protagonista, recorre estas tierras abruptas de un interés geológico incalculable jaspeadas de simas, lagunas, cuevas, fósiles, ermitas y cascadas mientras atraviesa localidades como Peralejos de las Truchas, Poveda de la Sierra, Peñalen o Zaorejas dejando estampas como esta asombrosa Presa del Molino.
José Ángel Macho Barragués. Ingeniero Agrónomo. 2017