Pero no se ha dicho todo. En su momento, La Nación reveló que “un importante empresario… precisó que los fondos (de los sobornos) fueron aportados por una importante empresa, interesada en que quedaran sin efecto los convenios laborales de la UOM”. Se refería a Techint, en cuyas oficinas se redactó la reforma laboral de la Alianza. De la Rúa había nombrado como secretario de Industria a Javier Tizado, uno de los principales personeros de los Rocca. Techint fogoneaba convenios y sindicatos por empresas. Prensa Obrera la bautizó “Ley Techint”.
El centroizquierda y la reforma
El inspirador político e ideológico de la reforma laboral fue el Frepaso de “Chacho” Alvarez y Nilda Garré. “Chacho” se había encargado de que la estratégica cartera de Trabajo estuviera en manos de su fracción, a través de Alberto Flamarique. Pontaquarto acaba de denunciar en el juicio que Flamarique se habría quedado con una parte sustancial de los 5 millones de dólares dispuestos para las coimas. Durante la primera fase de la discusión de la reforma, la CTA -el brazo sindical del Frepaso- coqueteó con ella, en la que veía un esbozo de “libertad sindical”. Un largo documento de la CTA apoyaba, entre otras cuestiones, la firma de convenios según “el ámbito funcional o territorial”, como exigía Techint -o sea, rompiendo el principio del convenio único por rama. La CTA sólo se opuso a la reforma cuando advirtió que el gobierno no iba a cumplir con la promesa de darle personería gremial.
La historia oficial dice que el “Chacho” renunció a la vicepresidencia por la cuestión de los sobornos, pero esto tampoco es cierto. Varios meses después de que comenzaran las denuncias, Alvarez se había instalado en el Congreso para asegurar el voto de los diputados del Frepaso a la luego calificada “ley Banelco”. Sólo renunció cuando tuvo la certeza de que la Side -bajo control del radicalismo- estaba conspirando contra él.
Alvarez fogoneó el ingreso de Cavallo como ministro de Economía de la Alianza incluso su propio regreso al gobierno como jefe de Gabinete. Esto último fue bloqueado por la UCR.
Bajo perfil
A la luz de lo anterior, queda claro por qué el juicio de las coimas transcurre en un perfil bajo, donde el hilo de las responsabilidades no parece ir más allá del desahuciado De la Rúa. Deja afuera al financista e inspirador de la reforma, el pulpo Techint, el cual hoy forma parte del entramado de negocios kirchnerista. En cuanto el gran fogonero de la reforma, el Frepaso, sus principales dirigentes -Alvarez, Garré, Abal Medina- son parte del riñón del cristinismo.
El núcleo duro de la ley Techint sigue intacto. Un ex presidente está en el banquillo, pero lo esencial continúa siendo “invisible a los ojos”.
Marcelo Ramal