Ver cómo pierden los poderosos es siempre un gusto. Y la poderosa era Susana Díaz. De Pachi mejor no hablar, simplemente recordar que cuando ha tenido puestos institucionales de importancia ha sido con el apoyo del PP.
Hoy Pedro Sánchez –tendrá que demostrarlo— ha representado al ala izquierdista del PSOE. La derrota ha sido para los González, Guerra, Rubalcaba y demás momias decimonónicas. Ha ganado el NO es NO.
¿Dónde están todos esos que han defendido a Susana y para ello han llegado a vejar a Pedro Sánchez? Los mismos que han dado la presidencia del gobierno al partido corrupto.
Hablo del alcalde de Vigo, que no tenía duda de que iba a ganar su lideresa y despreciaba a Sánchez, o del presidente de Aragón, ese individuo que ha insultado a Pedro Sánchez y que le ha infravalorado hasta el infinito. Y qué decir de García Paje que ha llegado a amenazar con irse si no ganaba Susana. Ya verán como no se va, todo pose y chantaje.
Debe joder bastante que en Extremadura, en el País Valenciano o en Castilla La Mancha haya ganado Pedro Sánchez, a pesar de que los secretarios generales del PSOE de esas comunidades, a la vez presidentes de las mismas, hayan abiertamente defendido a Susana Díaz. Por cierto, una mención especial a esa triste gestora que ha actuado como nunca debe hacerlo una dirección, apoyando descaradamente a uno de los candidatos, que además ha perdido. ¿Qué esperan para largarse?
Y el papelón de González ¿qué? Claro que éste ya está chocho y más derechizado que nunca. En fin, parece, todavía no son oficiales los datos definitivos, que Sánchez ha ganado en todas las CC.AA. menos en Euskadi –bastión de López— y Andalucía.
Los prebostes obsoletos, los barones susaneros y la gestora han probado el polvo, y es que no se lo creen, ellos que se piensan que son el PSOE (todo lo demás simple añadidura), han visto cómo los militantes les han aplastado. Por cierto un recuerdo in memoriam a uno de los grandes traidores: Antonio Hernando, que pasará a mejor vida política.
Los militantes han hecho valer su deseo y han castigado a los que hicieron dimitir a Sánchez, demostrando que el precio de saltarse a las bases es la derrota y avisando de que lo que ocurrió en Octubre pasado no puede volver a pasar.
Son necesarios cambios en el PSOE, que no pueden esperar. Y que se vayan preparando los barones sabihondos que tanto han atacado a Sánchez y que han perdido en sus comunidades.
Esperemos que Sánchez, sin dar tumbos, incline a su partido hacia la izquierda y se alíe con Unidos Podemos para echar a Rajoy y su partido corrupto del gobierno del país.
Salud y República