En el punto de mira (VIII): Patrimonio y destrucción, algunas consideraciones sobre el tema.

Por Paullushistoricus @paullushistoric

La destrucción del patrimonio histórico es una realidad que se encuentra en plena actualidad. Y es que el estado Islámico afincado en la zona de Irak, en los territorios que formaban parte de una de las zonas claves para la historia de la humanidad, está destruyendo ese patrimonio que es testimonio de esa época. Se trata una más de las barbaridades que realizan como una muestra de la imposición de su fuerza, y la supremacía de una ideología que, a mí parecer, valora bien poco la existencia del ser humano. No son pocas nuestras reflexiones sobre el tema, ya que la solución real de momento no existe.

Antes de seguir os recomiendo la siguiente entrada de mis compañeros en la sección de Historia en QueAprendemosHoy, en concreto por Jose Antonio Cabezas Vigara, quien se centra en el papel que debería tomar la UNESCO para salvar todos aquellos restos que se encuentran en peligro ante tal amenaza.

De todas formas, debemos ser conscientes de que no es el primero, ni será lo último que se destruya. No solo el enemigo de este patrimonio es el tiempo, ni tampoco los conflictos bélicos. Algunos yacimientos tuvieron poco tiempo para poder ser estudiados,. Siempre en mi memoria estará el yacimiento de Son Espases, en mi ciudad Palma de Mallorca, uno de los primeros asentamientos de la presencia romana en la isla, y que quedo condenado a desaparecer por la construcción de un “mastodóntico” hospital.

(Fotografía de Chixoy bajo licencia Lcc Attribution-Share Alike 3.0 Unported

En la ciudad que posiblemente tenga mayor patrimonio histórico por metro cuadrado, Roma, también buena parte del patrimonio ha corrido la misma suerte. Por ejemplo la construcción a partir de los años 20 del siglo XX de los foros Imperiales que pasaba por encima de algunos foros de época romana. O el uso de edificios romanos como cantera para la construcciones de otros. Véase en la desaparición de parte del famoso Coliseo.

Tanques atravesando la vía de los Foros Imperiales, Roma 1944 Attribution: Bundesarchiv, Bild 101I-716-0011-10 / Dreyer / CC-BY-SA

Otra forma de destrucción del patrimonio histórico-artístico es el expolio, y el consiguiente mercado negro. No sería raro de que ese supuesto comercio de obras por parte del Estado Islámico, aumentase de valor por un miedo a la pérdida. Pero debemos preguntarnos ¿salvaríamos ese patrimonio a cualquier coste?

Algunas obras expoliadas en el pasado han logrado sobrevivir a la barbarie, y se encuentran hoy a salvo.

Lamassu Berlín, Autor Ronan Guilloux

“No hay mal que por bien no venga” diríamos. Igualmente no es tan fácil localizar una obra expoliada, aunque la posibilidad existe, con la destrucción no.

¿Y qué papel juegan los historiadores, arqueólogos y otros especialistas? No podemos jugar a lo Indiana Jones, ni luchar en contra de un enemigo previsiblemente invencible. Aunque es cierto que debemos trabajar para que lo destruido no quede en el olvido, y levantar nuestra voz para que quede constante nuestra denuncia, y que todo el patrimonio artístico alcance un importante valor social.

Una lucha difícil, sobre todo si no está en nuestro alcance. Debemos tener en cuenta que estos actos no son endémicos del estado islámico, y alrededor nuestro también puede haber destrucción provocados por intereses urbanísticos, y también por olvido.

Paro aquí mi reflexión en vistas a continuar, muchos temas han sido expuestos que se pueden debatir y opinar. Toda acción que fomente nuestro espíritu de lucha para preservar el conocimiento de nuestro pasado es buena.

Saludos.