En el punto de mira (X): Tordesillas y lo que es cultura.

Por Paullushistoricus @paullushistoric

Muchos son los acontecimientos que copan los medios de comunicación,  y en España actualmente son tres: una mirada hacia el exterior y el problema de los refugiados que intentan alcanzar Europa; la cuestión de las elecciones “plebiscitarias” en Cataluña y por último una de las tradiciones más “ancestrales” de territorio español, una celebración de una histórica villa pucelana de Tordesillas: El Toro de la Vega.

Y es que año tras años, un pueblo se convierte el centro de un gran número de críticas habidas y por haber. Y es que se produce, y se celebra un tipo de maltrato animal que se justifica por medio de la tradición.  ¿Pero realmente debe ser así? Lo único que podemos asegurar históricamente es que la Tauromaquia se practica desde hace mucho tiempo, y que no es un invento de la España cañí. Por ejemplo en época romana los toros eran animales incluidos en la luchas entre bestias en el anfiteatro. Además también se organizaban cacerías de toros en los que se mostraba la valentía a la hora de realizar dicha realidad.

Ciertamente, se ha considerado que la práctica actual es la pervivencia  de ello. La fiesta del toro se siguieron celebrando durante la Edad Media, y a partir del siglo XVI estas tradiciones van adquiriendo forma tradicional en numerosos pueblos.

Es en Tordesillas el lugar donde se celebra este torneo de origen medieval, y que consiste en un recorrido del toro desde la plaza del pueblo hasta la vega del río Duero, donde se inicia el torneo, donde se da caza al toro base de lanzadas. Es difícil considerar esto una lucha entre iguales, cuando el toro está claramente en inferioridad de condiciones.

A pesar de ello, el Toro de la Vega ha tenido sus defensores, e incluso llegó a ser modificada durante la época de Franco. Fue a partir de la difusión en el NO-DO de unas imágenes de la celebración, en 1956, que llegaron a causar estupor y rechazo en la opinión pública.

En 1958 destacó una de las voces críticas a este festejo, la de Dolores Marsans-Comas, que llegó a ser presidenta de la World Federation for the Protection of Animals, que escribió una carta al gobernador de Valladolid, en las que aparecen las siguientes palabras: “uno de los muchos espectáculos crueles que resultan impropios de la civilización de nuestro siglo y contribuyen a alimentar en el mundo la leyenda de la crueldad de los españoles”. La crítica y presión social, junto algunos ministros contrarios a esta práctica, como  Carlos Arcos y Cuadra (Ministros de exteriores durante la dictadura de Franco), lograron modificar el festejo desde 1966 al 1970, en el que se prohibía la muerte del toro en el torneo. Hasta que también por presiones consiguieron restaurar la tradición, ya que resulta que la celebración sin el fin violento carecía de emoción.

Casa del Tratado. Tordesillas.

Dicho esto, no podemos negar que es la violencia, la principal fuente de la polémica. Una actitud del ser humano, que y que parece fundirse entre su ser animal y su ser cultural.

Por otra parte, a pesar de esta visión negativa que pesa sobre esta localidad, no podemos olvidar que es un lugar conocido en la historia castellana y en la que podemos encontrar un destacado patrimonio histórico.  Existen diversas propuestas sobre su origen, desde una fundación de Quinto Cecilio Metelo con la construcción de una Torre dedicada a Sila (dictador romano), hasta un origen medieval, citada en una permuta que realizó el rey Alfonso III, en el siglo X.

Retrato Escuestre del I Duque de Lerma. Rubens.

Esta villa formó parte de un señorío de reinas y amantes reales. Este emplazamiento fue testigo del famoso tratado entre España (Monarquía Hispánica) y el reino de Portugal, en 1494, para la actividad colonial, y fue el lugar donde fue recluida la reina Juana I, hija de los reyes católicos a partir de 1509 hasta el final de sus días. Además fue cuna del primer duque de Lerma, quien fuera Valido del rey Felipe III.

No quería terminar esta entrada sin invitar a la reflexión sobre lo que es cultura y lo que no.

Un Saludo desde PaullusHistoricus