En el punto de mira (XI): ¿Se puede hacer una lectura histórica de la posible independencia catalana?

Por Paullushistoricus @paullushistoric

Hoy sin duda es un día importante desde punto de vista histórico, y es que tiene lugar una de las elecciones más decisivas para el conjunto de la sociedad catalana. Antes de seguir quiero dejar claro que no pretendo ni mostrar mi opinión sobre el nacionalismo, ni el orgullo patrio ni de Cataluña, ni de España, ni de ningún sitio del planeta.

La Guerra de los Segadores, “Corpus de Sangre” de Antoni Estruch i Bros (1907).

Pero como uno de los objetivos fundamentales de este espacio, es motivar el pensamiento histórico, para que quien esté interesado, se anime a conocer y comprender el pasado que ha construido este presente.

Hay que tener en cuenta, que en muchas ocasiones, se ha utilizado la historia para justificar este proceso independentista del nacionalismo catalán (tanto a favor como en contra). Han existido en la historia muchos pueblos que han recogido con orgullo las historias gloriosas del pasado. Me viene a la mente el enlace que se hace de la fundación de Roma con la guerra de Troya (me refiero a la figura de Eneas).

Es muy probable que la gente quede confundida en la búsqueda del origen de un Estado, y se vayan al acontecimiento más antiguo, mientras que la concepción de Estado tal y como la conocemos hoy, tiene su origen en las ideas de los nacionalismos que se desarrollaron a partir del siglo XIX. Los orígenes románticos. En el ámbito catalán se produce La Renaixença, una corriente cultural que pretendía “recuperar” ese carácter catalán que se había perdido frente a lo español. Debemos tener en cuenta de que tras la guerra de sucesión española, y la llegada de los Borbones a la corona, Cataluña fue una de las regiones peor parada, ya que durante la guerra habían dado soporte al adversario de Felipe V para ocupar el trono.

Volviendo al hilo de la Renaixença, un fenómeno conectado al romanticismo europeo, que promulgará en la sociedad este sentimiento nacional catalán. Hay un poema que merece la pena mencionar, Oda a la Patria, de Bonaventura Carles Aribau, que se considera el iniciador del movimiento romántico en Cataluña.

A Déu siau, turons, per sempre á Déu siau;
O serras desiguals, que allí en la patria mia
Dels nuvols é del cel de lluny vos distingia
Per lo repos etrern, per lo color mes blau.

Adéu tú, vell Montseny, que dés ton alt palau,
Com guarda vigilant cubert de boyra é neu,
Guaytats per un forat la tomba del Jueu,
E al mitg del mar immens la mallorquina nau.

Jo ton superbe front coneixia llavors,
Com coneixer pogués lo front de mos parents;
Coneixia també lo só de los torrents
Com la veu de ma mare, ó de mon fill los plors.

Mes arrancat després per fals perseguidors
Ja no conech ni sent com en millors vegadas:
Axi d´arbre migrat á terras apartadas
Son gust perden los fruits, é son perfum las flors.

¿ Qué val que m´haja tret una enganyosa sort
A veurer de mes prop las torres de Castella,
Si l´cant dels trovadors no sent la mia orella,
Ni desperta en mon pit un generos recort ?

En va á mon dels pais en als jo m´trasport,
E veig del Llobregat la platja serpentina;
Que fora de cantar en llengua llemosina
No m´queda mes plaher, no tinch altre conort.

Pláume encara parlar la llengua d´aquells sabis
Que ompliren l´univers de llurs costums é lleys,
La llengua d´aquells forts que acatáren los Reys,
Defenguéren llurs drets, venjáren llurs agravis.

Muyra, muyra l´ingrat que al sonar en sos llabis
Per estranya regió l´accent natiu, no plora;
Que al pensar en sos llars no s´consum ni s´anyora,
Ni cull del mur sabrat las liras dels seus avis.

En llemosí soná lo meu primer vagit,
Quant del mugró matern la dolça llet bebia;
En llemosí al Senyor pregaba cada dia,
E cántichs llemosins somiaba cada nit.

Si quant me trobo sol, parl ab mon esperit,
En llemosi li parl, que llengua altra no sent,
E ma boca llavors no sap mentir, ni ment,
Puix surten mas rahons del centre de mon pit.

 En 1859 se restablecen uno de los símbolos más interesante, el Jocs Florals, concursos literarios que suscitará el interés de la recuperación de la lengua propia.

Pero si hay un momento a destacar es el movimiento del Noucentisme (1906- 1923). En el que a parte de la corriente cultural, se muestra ya una intención política, sobre todo centrado en la figura de Prat de la Riba. Y es que obtener un soporte institucional que vele por el mantenimiento de este nacionalismo catalán puede tener un arma de doble filo. Por una parte, al estar dirigido, solos unos pocos van a determinar el camino de una sociedad, estén o no de acuerdo, y luego que se dejen de lado otras necesidades más prioritarias, que van quedando como un interés secundario.

No quería dejar de lado, otros momentos históricos que también son altamente interesantes para explicar la situación del día de hoy. Desde el papel de la región en tiempos de la Monarquía Hispánica, su papel en la corona de Aragón, incluso un período de independencia en el siglo XVII (bajo la protección francesa). Y ya propiamente en el siglo XX y la Segunda República…

Cataluña en un mapa del siglo XVII de Jan Baptist Vrients

Es difícil aventurar lo que pase hoy, como se gestionara una posible ruptura política entre dos regiones que en el contexto actual estarán condenadas a entenderse.

Os animo a conocer este acontecimiento desde punto de vista histórico, y sobre todo, para poder hacer una reflexión que nos ayude a entender el presente.

Un saludo,

PaullusHistoricus