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Francisco Galván rastrea la época visigoda en "El tesoro de Vulturia"
Agencia EFE Toledo.- El pasado oscuro y mal conocido de los visigodos ha inspirado de nuevo al periodista y escritor madrileño Francisco Galván para fabular y escribir su segunda "novela policíaca visigoda", como él define "El tesoro de Vulturia"."Me llama mucho la atención esa época tan oscura, de cómo se pasó de unos tiempos, de muchos siglos de cultura, de civilización ordenada y razonable y de paz, a una época de absoluto oscurantismo, de destrucción de todo lo anterior, físicamente, y de pensamiento", afirma Galván en una entrevista con Efe."El tesoro de Vulturia" recrea las aventuras del héroe visigodo Wulfric y la comunidad de leprosos de la ciudad imaginaria de Vulturia, que el autor sitúa en lo que es hoy la reserva de aves rapaces de Montejo de la Vega, en el cañón del río Riaza, en Segovia.
En esa época, en el Siglo V, "la gente estaba más preocupada por sobrevivir que por escribir, influenciada, además, por la gran manipulación de la Iglesia", observa el periodista, que trabaja en el departamento de Contenidos Digitales de la Agencia Efe.
"El tesoro de Vulturia" (editorial Algaida) es la octava novela de Galván (Madrid, 1958), con la que ha ganado este año el IV Premio Ateneo de Sevilla de Novela Histórica, dotado con 12.000 euros.
"De buitres y lobos" fue el primer libro "visigodo" que escribió Galván, aunque el cuarto en publicar, en 2005, y en él aparecen personajes que se repiten en "El tesoro de Vulturia", pero ambos libros no forman parte de una saga y pueden leerse separadamente, aunque su autor advierte que "puede ser el germen de una serie".
Galván dice que tardó un año en escribir "El tesoro de Vulturia" y que lo hizo de forma "muy caótica" sin someterse a la dictadura de los horarios y plazos de entrega porque dice que no vive de la Literatura "de lo cual me alegro".
Las lecturas tempranas sobre los godos despertaron en Galván la curiosidad por ese mundo que, unido a la ausencia de material histórico escrito, abonaron el terreno para la fabulación, afirma.
En el tema de los visigodos, "hay un campo más amplio para fabular porque se sabe poco, pero igualmente hay que estudiar la época, cosa que no tienes que hacer, o en menor medida, con la novela ambientada hoy día", señala el periodista.
"Lo básico de una novela -agrega- es la fantasía de crear de la nada. Escribir novelas es lo más parecido a Dios: es crear de la nada. Partes de cero y creas algo que acaba teniendo vida por sí mismo".
Galván se declara escritor "de vocación tardía", que comenzó cuando cayó en sus manos "Historia de los godos", de Henry Bradley, un libro que le llamó poderosamente la atención.
"Sabemos más de los romanos porque todo lo dejaban escrito, al contrario que los visigodos", cuya entrada en España supuso "un paso atrás gigantesco en todo" aunque si algo lograron fue la "consolidación del Cristianismo, de la España católica" y el concepto de "reserva espiritual de Occidente", afirma.
Galván cultiva más la novela histórica que otros géneros, aunque en una fugaz incursión en la comedia, ganó con "El Rabo del diablo" el premio Diablo Cojuelo de Novela Picaresca de Écija (Sevilla) en el 2001, galardón que le entregó el escritor Juan Eslava Galán, de quien se declara una "ferviente admirador".
Por entonces, dice, ya llevaba tres o cuatro novelas escritas y metidas en un cajón "con la esperanza de publicarlas algún día".
Galván se declara un admirador de Hernán Cortés, el conquistador de México, y asegura que leyó mucho sobre su vida y se empapó de las costumbres y lenguaje de su época para poder escribir una novela sobre sus andanzas en el Nuevo Mundo.
"Hasta que no escribí dos novelas, no me atreví con la de Cortés", afirma Galván, expresando de esta forma el "respeto" que le inspira la figura del conquistador extremeño.
Galván no se ciñe a un solo periodo de la Historia e, incluso, salta desde la época visigoda en el Siglo V a la aventura española en América en el Siglo XVI, con "Las esmeraldas de Cortés" (2000), y al XIX con "Memorias del guerrillero de dos cabezas".
Esta última novela, que publicó en 2008, coincidiendo con el 200 aniversario del comienzo de la Guerra de la Independencia contra los franceses, mezcla incluso dos periodos pictóricos por mor de la trama, los representados por Diego Velázquez (1599-1660) y Francisco de Goya (1746-1828).
Además de las novelas mencionadas, Galván ha escrito también "Cuando el cielo se caiga" (2002, premio Ateneo de Valladolid), "El evangelio de Barrabás" (2007) y "Sangre de caballo" (2008).