Organizaciones que abogan la libertad de prensa como Reporteros sin Fronteras o Freedom House dan la mala noticia al régimen norcoreano: su índice de libertad de expresión ocupa en el último puesto de los países existentes actualmente. Posición 196 de 196 naciones. Aunque comprometió expandir la tecnología 3G facilitando el uso de los teléfonos móviles en todo el territorio, los estudiosos ya afirman que este cambio radical del régimen es debido a uno de aquellos negocios que se lucran cada año con el fin de ver en sus bolsillos billetes de dólares americanos.
El desconocimiento total de los residentes norcoreanos en su país parece acercarse a su fin gracias a los anónimos valientes que detallan todo lo que ocurre en el país. Los mensajes que han podido obtener poniendo en peligro sus propias vidas son leídos mediante páginas webs como DailyNK (disponible en coreano, chino, inglés y japonés) y las voces que merecen ser escuchadas son transmitidas en las estaciones de radio como Open Radio North Korea. Sus informaciones tienen tanta relevancia que hasta el Servicio de Inteligencia de Corea del Sur ha pedido ayuda oficialmente.
El esfuerzo de los dirigentes de Corea del Norte para perseguirlos es tremendo. Planeaban atentados ocultos para acabar con el periodismo que desvelaba sus bajezas. Sus propósitos funestos eran más fáciles de realizar en China, su país "hermano", donde se concentraban decenas de periodistas que trataban de contar la realidad norcoreana. Ha habido casos de tortura o incluso de muerte sin poder celebrar un pleito a su favor en dicho país. Pero es increíble la tenacidad que transmiten para poder hacer lo que más quieren. Nunca están cabizbajos pese a los acosamientos de los individuos férreos al régimen de Corea del Norte. Sus luchas siguen dando resultados informativos sorprendentes que medios tan prestigiosos como The New York Times o Wall Street Journal alaban de sus labores audaces.