Revista Salud y Bienestar

En Escocia quieren reducir el alcoholismo subiendo el precio de las botellas de vino

Por Fat
En Escocia quieren reducir el alcoholismo subiendo el precio de las botellas de vino
El Gobierno de Escocia ha anunciado que el precio mínimo del alcohol que tiene previsto imponer sería de 45 peniques por unidad, lo que significa que la botella de vino más barato costará por lo menos 4,23 libras (5,10 euros) y una botella de whisky, 12,60 (15,20 euros). La Administración del Partido Nacional Escocés, que gobierna en minoría, anunció el año pasado que iba a instaurar un precio mínimo para frenar el consumo de alcohol, aunque los partidos de oposición se han opuesto. Eso significa que el proyecto se enfrentará a obstáculos para convertirse en ley.
La secretaria de Salud escocesa, Nicola Sturgeon, declaró que su Gobierno propone un precio mínimo de 45 peniques, que según ella ahorrará 225 muertes a lo largo de una década, junto con un ahorro de 83 millones de libras en costes sanitarios.
"Durante demasiado tiempo, demasiados escoceses han bebido hasta morir prematuramente. Nuestras propuestas ya se han ganado el apoyo de respetados profesionales de la salud aquí y en el extranjero y espero, por el bien de la salud de nuestra nación, que también lo obtengan en el Parlamento de Escocia". Dice la secretaria que en la actualidad un hombre puede superar su límite semanal recomendado de alcohol gastándose menos de 3,50 libras. "Llegar a un precio correcto es vital para que funcione el sistema de precios mínimos. Después de cuidadosa consideración, creemos que 45 peniques por unidad es el precio correcto". El cambio afectaría los a los vinos y alcoholes de supermercado más que los de marcas conocidas. Significaría que una caja de cerveza de 4,5º con 24 botellas de un tercio costaría por lo menos 16,20 libras.
Altos funcionarios de salud han respaldado un precio mínimo, diciendo que ayudará a abordar el problema de las borracheras de fin de semana en Gran Bretaña. El anterior gobierno laborista en Londres descartó ese sistema, pero los liberal-conservadores ya han dicho que impedirán las ventas de alcohol por debajo del precio de coste. Sin embargo, al día siguiente de anunciarse la medida se conocía la noticia de que el consumo de alcohol en Gran Bretaña tuvo en 2009 su mayor retroceso en más de 60 años, en contraste con la percepción de que el país tiene un problema creciente con la bebida, según informó la British Beer & Pub Association (BBPA). Los datos de la asociación de 'pubs' y cerveceros, ratificados por la Oficina Nacional de Estadísticas, indican que el consumo cayó un 6%, el mayor descenso desde 1948: la cuarta caída en cinco años. Los británicos consumen ahora un 13% menos que en 2004. "Estas cifras confundirán a muchos expertos, ya que una vez más confirman que, como nación, no estamos bebiendo más", dijo la presidenta de la BBPA, Brigid Simmonds.
"Aquellos que sugieren lo contrario necesitan centrarse en los hechos concretos". Las cifras oficiales sugieren que una cuarta parte de todos los adultos británicos consume alcohol en cantidades "peligrosas o nocivas". Las borracheras de fin de semana, según los políticos, son las causantes de problemas de salud y de comportamiento antisocial que cuestan al país 12.000 millones de libras al año.

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