Pista nº 1: un peluche dejado a la carrera en el recibidor tras duras negociaciones para que el Chiquinini no se lo lleve a la calle.
Pista nº2: una hamaquita en el salón y un cuento sobre la mesa.
Pista nº3: la encimera de la cocina llenita entre el esterilizador y alguna cosa más.
Pista nº 4: en la habitación de los padres un chupete, una toquilla que no dio tiempo a doblar y un Batman campando a sus anchas.
Pista nº 5: montones de animales acuáticos en la repisa de la bañera.
Todo esto sin contar la trona, la bañera , el cambiador y demás mobiliario.
Y todo esto cuando se puede decir que la casa está ordenada, que suele ser por poco tiempo. Ya me sorprendo a mí misma diciendo las mismas cosas que decía mi madre: “ Ya estoy harta, que yo voy por un lado ordenando y vosotros por el otro desordenando otra vez!”