267 personas se han inscrito en Extremadura en enero como empleados de hogar en el régimen general de la Seguridad Social. Son los últimos datos de los que se dispone desde que el día 2 de enero entró en vigor el real decreto que ha trasladado a este colectivo desde el régimen especial en el que figuraban hasta un apartado específico del general.
Se trata de una medida cuyo objetivo principal es hacer que aflore la cantidad de empleo sumergido que hay en el sector doméstico. Una decisión que también obliga a dar de alta a los trabajadores contratados para el aseo de una casa, aunque solamente acudan unas cuantas horas.
Los sindicatos extremeńos valoran de manera positiva ese dato y confían en que al menos se mantenga este ritmo, para ir regularizando la situación de los aproximadamente 8.000 trabajadores que calculan que en Extremadura trabajan como servicio doméstico aunque no existan oficialmente porque no cotizan.
ŤEn diciembre de 2011 había 2.461 inscritos en el régimen especial del hogar y en enero la cifra se ha rebajado a 2.196, mientras que aparecen 267 en el régimen generalť, indica Nereo Domínguez, secretario de Acción Social de UGT.
Hay que continuar avanzando bastante para que aflore todo el empleo sumergido.
Un obstáculo en la región será, sin embargo, el hecho de que la mayoría de los empleadores buscan ayuda para casa por pocas horas y por pocos días a la semana. Desde CC OO, su secretaria general de la Federación de Actividades Diversas, Masi Prieto, apunta que hacer papeleo para esta temporalidad no va a resultar cómodo.
ŤSe da el caso también de muchos pensionistas que ni siquiera conocen esta posibilidad ni cómo llevarla a caboť.
La generalidad en Extremadura es contratar por dos o tres días durante dos o tres horas por jornada, no más. Un reciente estudio del INE (Instituto Nacional de Estadística) revela además que los extremeńos son los espańoles que menos dinero invierten en servicio doméstico, mientras que Madrid ocupa el primero de los puestos de la tabla por ser el destino en el que más se gasta en este capítulo.
El porqué de esta conclusión lo achacan los sindicatos a varias razones. En primer lugar a la cantidad de empleo doméstico sumergido que impide conocer las cifras reales a la hora de hacer el estudio del sector.
Se alude, por otro lado, al hecho de que la incorporación al mercado laboral de la mujer, que es quien copa el empleo doméstico, es más lenta en esta comunidad autónoma que en otras, hasta cuatro puntos por debajo de la media nacional según los datos que manejan.
ŤLa tasa media de ocupación femenina a nivel nacional es del 32,85% y en Extremadura se sitúa en el 28,80%ť, apunta Domínguez, de UGT.
Una tercera razón que explicaría por qué los extremeńos gastan menos en servicio doméstico es que los sueldos de los empleadores son más bajos que en otras regiones.
Un cúmulo de circunstancias en cualquier caso que tienen como resultado que si en Madrid la mayoría de los empleados en casas cobran más de 600 euros, en Extremadura no se llega siquiera a los 300 en el mejor de los casos, muy por debajo incluso de la media nacional que el estudio sitúa en 360.
En lo que no hay diferencia entre los empleados de hogar extremeńos y los de otras autonomías es en su perfil: mujer de 30 a 44 ańos y casi en la mitad de los casos extranjera, principalmente sudamericana o rumana.
ŤHa habido durante muchos ańos un número importante de mujeres portuguesas trabajando en las casas, sobre todo en la provincia de Badajozť, apunta Masi Prieto de CC OO, que explica que la llegada de latinas y vecinas de Europa del Este las han ido relegando a un segundo plano.
Aquí se coincide con los parámetros generales, aunque la crisis está haciendo que aumente la edad de las trabajadoras, que muchas veces rebasan los 50 ańos y alargan su vida laboral por encima de lo que habían previsto.
Lo que se está pagando por hora en la región son entre 8 y 10 euros en la mayoría de los casos por acudir entre dos y tres horas diarias, dos o tres días a la semana, no más, otro de los factores que apoya esa conclusión de que los extremeńos ajustan mucho las condiciones si se deciden a tener servicio.
Aunque no se trata precisamente de una cuestión de decisión, sino de poder permitírselo. Es fácil entender que resulte difícil contratar a alguien para que limpie la casa en una región en la que en el 45,8% de los hogares no pueden siquiera permitirse una semana de vacaciones al ańo.