Es una de las actividades prácticamente obligadas para todo aquel que pise el país egipcio. El río Nilo, el segundo más largo del mundo después del Amazonas, es una de las principales maravillas de Egipto,aún no tan explotada como sus vecinas pirámides de Gizah, en donde hasta han construido una carretera entre ellas. Pues bien, aunque hayáis hecho el clásico recorrido en crucero por el Nilo, os aconsejo que subáis a la tradicional faluca, ya que no tiene nada que ver con lo habitual. Se trata de una pequeña embarcación de madera con una o varias velas, dependiendo de su tamaño, que recorre un tramo del río a baja velocidad.
En algunas de estas embarcaciones a veces hay nativos que cantan o tocan el laud egipcio, un instrumento de cuerda tradicional. Asimismo, con un poco de suerte en el mar podréis ver pequeños cocodrilos. Aunque no os emocionéis mucho, porque si hay muchos barcos o lanchas éstos huyen despavoridos. Lo que sí es bastante frecuente es encontrarse con pequeñas barcas de madera con niños egipcios que se acercan a las embarcaciones de los turistas a cantarles o pedir algo de dinero. Normalmente no suelen molestar, ya que a pesar de ser un país en vías de desarrollo, la gran mayoría no están pidiendo, sino que intentan vender cosas, eso sí.
Para conseguir una faluca lo mejor es acercarse hasta la orilla del río en alguna de sus ciudades principales, por ejemplo desde Asuán, en donde está su famosa presa; también os recomiendo que preguntéis el precio antes de montarnos para luego no llevaros sorpresas; aunque suele ser bastante económico para el tiempo que dura el paseo. Por último, si os apetece daros un chapuzón, adelante, decir que os lleven a alguna de las orillas que ellos consideran como playas, ya que el agua está apta para el baño. Y ¡cuidado con los cocodrilos!
Imagen: jccalvob