No llegan ni a 20.000 los inscritos en la Seguridad Social como empleados de hogar -una profesión en su práctica totalidad ejercida por mujeres- pero, atendiendo a las estimaciones del propio sector, que cifra en más de un 70% el empleo "sumergido" en el sector, es fácil suponer que en Galicia hay cerca de 100.000 empleadas del hogar.
"Son gente, casi todas mujeres, que suelen trabajar por horas y por lo que se les ofrece, en la mayor parte de los casos sin contrato y, a veces, incluso si se les ofrece, ellas mismas se pagan la Seguridad Social y, claro, muchas prefieren que no se lo descuenten y cobrar todo el salario entero, que tampoco es alto". Así comienza su descripción de la situación de las empleadas de hogar Violeta Paz, de la federación de Actividades Diversas de CCOO, uno de los sindicatos que, junto con UGT, alcanzó el lunes el acuerdo con el Gobierno para mejorar las condiciones del colectivo y que, entre otras cuestiones, obliga a sus empleadores a formalizar un contrato de trabajo y a cotizar en el régimen general de la Seguridad Social con independencia del número de horas de trabajo. "Hay verdaderas explotaciones que se denuncian pocas veces y casi siempre solo cuando se van a ir de la casa; hay también muchas extranjeras, que aceptan contratos porque es casi su única vía para legalizar su situación", relata.
Para la asociación gallega de empleadas de hogar Xiara, los cambios que prevé el acuerdo entre Gobierno y CCOO y UGT son "positivos" pero la reforma es aún "insuficiente". Detallan que tiene aún "muchos elementos de desigualdad" con el régimen laboral y de Seguridad Social del resto de trabajadores y trabajadoras. Xiara se precisa que todas las trabajadoras de hogar que perciban un salario superior al salario mínimo interprofesional "no van a poder cotizar por su verdadero sueldo hasta 2019", al tiempo que cuestionan que no aparecen aún criterios "para limitar los tempos de presencia, ni la mejora de los descansos, el control efectivo de las agencias... Lo que pedía la OIT".
Entre las trabajadoras consultadas todas coinciden en que el pacto alcanzado es positivo. Marta -prefiere no dar su nombre completo- refiere la situación de los trabajadores de hogar como "una epidemia" en la que "hay todo tipo de síntomas: unos tienen solo tos, otros un catarro fuerte y hay quien sufren fiebre porque cada caso es un mundo". Seńala situaciones de contratos por ocho horas pero jornadas de doce sin pagar cotizaciones ni impuestos, quien descuenta las cotizaciones del salario o quien se da de alta como autónomos. "Eso tiene que cambiar y cada uno tener sus derechos y obligaciones", concluye la mujer.
Mónica, en activo y con contrato, está de acuerdo con la mejora en las condiciones de cotización alcanzadas. "Una conocida mía llevaba toda la vida trabajando con una mujer hasta que se quedó sin trabajo y ahora ni sueldo, ni paro ni nada. Hasta tienen que pagarse ella más de 170 euros al mes a la Seguridad Social para seguir de alta".
Fotografía - Víctor Echave