En homenaje a los luchadores por la libertad

Publicado el 11 noviembre 2008 por Jomoga

11/11/08: Llevo mucho tiempo queriendo publicar un post sobre una historia que afecto a mi familia y que esta relacionada con la Guerra Civil española. Ahora que se ha puesto de actualidad el asunto de la “Memoria Histórica”, siento la obligación moral de publicar los hechos acaecidos en aquella época y que supuso una tragedia para mis queridos abuelos maternos (Purificación López Jiménez y Desiderio Garrido Garrido), mi tío-abuelo Basilio López Jiménez, mis adorados bisabuelos Eugenia y Doroteo. Se lo debo a ellos y también a mi madre Iluminada y mis tíos Ceferino, Basilio, Adela y Eugenia.



Quien quiera oír, que oiga

QUIEN QUIERA OIR, QUE OIGA
Album : Baglietto – Garré (1989)
(Mignona / Nebbia)
Juan Carlos Baglietto (Argentina)

Cuando no recordamos lo que nos pasa,
nos puede suceder la misma cosa.
Son esas mismas cosas que nos marginan,
nos matan la memoria, nos queman las ideas,
nos quitan las palabras… oh…
Si la historia la escriben los que ganan,
eso quiere decir que hay otra historia:
la verdadera historia,
quien quiera oir que oiga.
Nos queman las palabras, nos silencian,
y la voz de la gente se oirá siempre.
Inútil es matar,
la muerte prueba
que la vida existe…

Cuando no recordamos lo que nos pasa,
nos puede suceder la misma cosa.
Son esas mismas cosas que nos marginan,
nos matan la memoria, nos queman las ideas,
nos quitan las palabras… oh…
Si la historia la escriben los que ganan,
eso quiere decir que hay otra historia:
la verdadera historia,
quien quiera oir que oiga.
Nos queman las palabras, nos silencian,
y la voz de la gente se oirá siempre.
Inútil es matar,
la muerte prueba
que la vida existe…
Si la historia la escriben los que ganan,
eso quiere decir que hay otra historia:
la verdadera historia,
quien quiera oir que oiga.
Nos queman las palabras, nos silencian,
y la voz de la gente se oirá siempre.
Inútil es matar,
la muerte prueba
que la vida existe…
Si la historia la escriben los que ganan,
eso quiere decir que hay otra historia:
la verdadera historia,
quien quiera oir que oiga.
Nos queman las palabras, nos silencian,
y la voz de la gente se oirá siempre.
Inútil es matar,
la muerte prueba
que la vida existe…
Nos queman las palabras, nos silencian,
y la voz de la gente se oirá siempre.
Inútil es matar,
la muerte prueba
que la vida existe…



He de significar que en la actualidad mis abuelos y bisabuelos ya están fallecidos, así como mi tío Ceferino que murió en 1995. También he de decir que mi pobre tía Eugenia, hoy en día, está imposibilitada a consecuencia de esa odiosa enfermedad llamada alzeímer.
HUYENDO DE MAQUEDA
Toda mi familia, por parte de madre, procede del pueblo toledano de MAQUEDA. Es un pueblo pequeño y encantador al pie de la N-V y es conocido por su magnífico castillo de origen medieval, el cual se divisa claramente si vamos en coche circulando por la autovía.
Y es aquí, en Maqueda, donde empieza esta dolorosa historia. Al estallar la guerra civil debido al alzamiento militar (yo lo llamaría REBELIÓN MILITAR O GOLPE DE ESTADO) encabezado por Franco y sus acólitos, la sociedad española sufrió dramáticas convulsiones que en muchísimos casos forzaron a familias enteras ha dejarlo todo y huir de sus hogares y sus tierras. Este fue el caso de mi familia. Las tropas golpistas de Franco avanzaban imparables hacia Madrid y Maqueda se encontraba en su camino. Para entonces mi abuelo Desiderio Garrido Garrido y mi tío-abuelo Basilio López Jiménez, se habían alistado voluntariamente en las milicias del ejercito regular de la Republica Española, siguiendo el llamamiento hecho a los ciudadanos por el gobierno constitucional del llamado FRENTE POPULAR para luchar contra los fascistas de Franco y todos los que apoyaban este golpe de estado.
Mi abuelo y mi tío-abuelo estaban convencidos de que era fundamental frenar el fascismo incipiente que se cernía sobre España y que ya estaba consolidado en el resto de Europa (Hitler y Mussolini). Lucharon convencidos por sus ideales de libertad y justicia. Lucharon por el futuro de sus hijos. Lucharon, en fin, por la LIBERTAD de los pueblos de España. Pero los fascistas, apoyados económicamente por Alemania e Italia así como por familias pertenecientes a las élites capitalistas españolas, lograron doblegar a las tropas republicanas y esto, lamentablemente, marcó el principio del fin de muchos españoles de bien.

DE MADRID A VALENCIA-CATALUÑA Y FRANCIA
Durante el transcurso de la guerra mi abuela, mis bisabuelos, mi madre y mis tíos, que para entonces eran unos niños, estuvieron refugiados en Madrid y sufrieron en sus carnes el asedio y los bombardeos de la aviación franquista sobre la capital de la republica. Pero llegó un momento en el que la situación se hizo insostenible y Madrid tuvo que rendirse a las tropas fascistas de Franco. Comienza así un nuevo éxodo de miles de españoles que por miedo a ser apresados y fusilados por los fascistas huyen hacia uno de los últimos baluartes republicanos que se sitúa en Valencia y Cataluña. Es desde allí desde donde mi familia decide refugiarse en Francia, pasando antes por Cataluña.
Considero necesario comentar una anécdota que me ha contado mi madre cuando se encontraban en Cataluña, concretamente en Vilallonga de Ter. Me cuenta mi madre que estando jugando en la calle con sus hermanos a poca distancia se detuvo una comitiva de “coches negros”. De uno de ellos se bajó una persona elegantemente vestida que se dirigió a mi madre preguntándole donde estaban sus padres. Mi madre le respondió que su padre estaba en la guerra a lo que esta persona le respondió:-”si vuelves a ver a tu padre dile que has hablado con el DOCTOR JUAN NEGRÍN”.
No voy a contar toda la historia de este éxodo pero sirva como muestra el deciros que tuvieron que atravesar en pleno invierno los Pirineos a pie. Si, si ¡A PIE!. Según me ha contado mi madre, fueron cientos, sino miles, los que se dejaron la vida en este intento debido al frío intenso que padecieron. Mi bisabuelo Doroteo tubo que amenazar de muerte a un payés que se negaba ha acogerlos una noche gélida de tormenta en medio de la montaña por temor a las represalias de los fascistas. Imaginaos a mis bisabuelos que ya eran mayores en esa época (en torno a los cincuenta años) y mi abuela Purificación al cargo de cuatro nietos (mi madre y mis tíos) y sin tener donde guarecerlos. Afortunadamente el payés no era tan malo como parecía y consintió en acoger en el pajar a mi familia dándoles la oportunidad de sobrevivir y proporcionándoles esa noche pan, leche caliente y los más importante, abrigo. Este payés además tuvo la decencia de matar un cordero y alimentar con él a mi familia y a otra familia que también se refugió en esta masía montañesa. Al día siguiente ofreció su carro tirado por bueyes para acercar a todos ellos y sus escasas pertenencias a la frontera francesa donde les esperaban miembros de Partido Comunista Francés en Prat de Mullot (creo que se pone así) para organizar todo el operativo concerniente a la ingente masa de refugiados que llegaban por oleadas a la frontera hispano-francesa.
Siempre he pensado que si esto no se hubiera producido, es muy probable que mi familia hubiera muerto congelada y como consecuencia de ello yo no hubiera estado aquí contando esta odisea familiar.
FIN DE LA GUERRA Y COMIENZO DEL TERROR
Al finalizar la guerra muchos soldados republicanos optaron por huir de España y refugiarse en Francia debido al temor de ser apresados y fusilados por el aparato de terror y represión instaurado por el fascista Franco. Mi abuelo Desiderio y mi tío-abuelo Basilio optaron por quedarse en España e intentar reunir a la familia para comenzar una vida nueva. Lo habían perdido absolutamente todo. Su casa en Maqueda (que aún existe) y sus tierras de cultivo. Se las quitaron obligándoles a venderlas por cuatro perras a un potentado fascista del pueblo bajo amenazas de ser denunciados y apresados ya que era de todos conocido que mi abuelo y mi tío-abuelo habían luchado en el FRENTE POPULAR. Es por ello que decidieron quedarse en Madrid para, como ya he dicho, iniciar una nueva vida.
Desgraciadamente el 20 de octubre de 1939 la “gestapo franquista” consiguió capturar a mi abuelo Desiderio, que se encontraba herido en un hospital de Valencia. A partir de aquí mi abuelo Desiderio fue recluido en un campo de concentración de un pueblo valenciano llamado Portaceli. Un tiempo después se le trasladó a la cárcel de Talavera de la Reina y finalmente se le recluyó en la cárcel de Carabanchel (Madrid) donde fue juzgado y condenado a muerte por “REBELIO MILITAR”. ¡Que contradicción!, si los rebeldes eran los putos fascistas de Franco.

Como quiera que fuese, la pena de muerte le fue conmutada por 20 años de reclusión en la cárcel de Carabanchel (la que hace poco han demolido para intentar borrar la memoria histórica). En 1948 y debido a la carencia de mano de obra para reconstruir la nación, mi abuelo Desiderio fue indultado y puesto en libertad nueve años después durante los cuales mi abuela Puri, mis bisabuelos, mi madre y mis tíos tuvieron que apañárselas solos para sobrevivir en un mundo de miseria y pobreza extrema. Esto en lo que se refiere a mi abuelo. Pero ¿que paso con mi tío-abuelo Basilio? . A continuación os lo cuento.


MI TIO-ABUELO BASILIO LOPEZ JIMENEZ ES ASESINADO POR LOS FRANQUISTAS
La historia de mi tío-abuelo Basilio, desgraciadamente, es mucho más trágica que la de mi abuelo Desiderio y os contaré porqué.

Al acabar la guerra y como ya he dicho, mis abuelos decidieron quedarse en Madrid para salir adelante, lejos de las amenazas provenientes de Maqueda. Mi tío-abuelo siempre dijo que él no tenia las manos manchadas de sangre y por tanto no tenia nada que temer.¡Que desgraciado error!. En 1940 un supuesto “amigo” falangista de su pueblo le reconoció cuando trabajaba en Madrid colocando adoquines en la calzada de las principales calles de la capital. Este cabrón falangista le denunció y poco después fue apresado, al igual que mi abuelo Desiderio, por la “gestapo fascista-franquista” y acusado de REBELIÓN MILITAR. ¿Serán hijos de puta estos fascistas de mierda?, ¡¡¡si los rebeldes eran ellos!!!. Además le acusaron de participar en el asalto al Alcazar de Toledo, símbolo franquista de la resistencia y por tanto un delito castigado con la pena de muerte. Mi tío-abuelo Basilio negó siempre su participación en el asedio al Alcazar de Toledo, sin embargo si admitió haber luchado en la batalla del Ebro y llegando a cruzar el río con una herida de bala en el vientre. El abogado (yo le llamaría RATA DE ALCANTARILLA) que le defendió a parte de sangrar económicamente a mi familia le manipuló y engaño en el “simulacro de juicio” y finalmente fue condenado a la pena capital y recluido, a la espera de su ejecución, en la cárcel de Yeserías de Madrid. Respecto al “abogado defensor” de mi tío, he sabido que este bastardo se alistó en la División Azul durante la 2ª Guerra Mundial y regresó a España tuerto y sin una pierna. Sin duda este cabrón recibió su castigo.

Estando en la cárcel de Yeserías mi tío-abuelo Basilio junto a otros presos políticos protagonizó una fuga de este establecimiento penitenciario. Habían comprado a un vigilante y todo parecía estar preparado y a punto. Desgraciadamente vecinos de unas viviendas cercanas a la cárcel dieron la voz de alarma al ver huir a los valientes luchadores por la libertad y el vigilante al que habían comprado se vio obligado a efectuar disparos al aire con lo que de forma inmediata se puso en marcha todo el operativo para capturar a mi tío-abuelo y sus compañeros de huida.

Lamentablemente mi tío-abuelo fue capturado en el Paseo de las Delicias y trasladado a la cárcel de DIAZ PORLIER que estaba situada en el Paseo del Cisne (hoy Martinez Campos). Allí fue torturado por elementos de la gestapo franquista y encerrado en una celda de castigo.

Pocas semanas después, concretamente el 16 de Diciembre de 1941, de madrugada y sin previo aviso a sus familiares, mi tío-abuelo Basilio López Jiménez fue sacado de la cárcel de DIAZ PORLIER junto a otros muchos compañeros, en 14 camiones y trasladado al cementerio del Este (hoy cementerio de La Almudena) donde fue fusilado en unas tapias que al parecer hoy todavía existen. Mi tío-abuelo fue asesinado por los fascistas con tan solo 26 años y dejaba unos padres ancianos, una mujer (la tía Juana) e hijo. En la actualidad su hijo Basilio, primo de mi madre, tiene casi setenta años y es querido y respetado por toda la familia.

Las circunstancias en las que la familia se enteró del fusilamiento son tan tristes que al revivirlo en mi interior, no puedo evitar que mis ojos se llenen de lágrimas y mi corazón se encoja por la pena que siento en este momento. A continuación contaré los hechos acaecidos y las circunstancias en las que mi familia tuvo conocimiento de esta triste situación.

El mismo día que mi tío-abuelo Basilio fue fusilado, su mujer, la tía Juana, sus padres Eugenia y Doroteo (mis bisabuelos) y su hermana Purificación (mi abuela), fueron a la cárcel para visitarle y entregarle algo de comida y ropa. Allí fueron informados por un funcionario de la prisión de que mi tío-abuelo había sido sacado de madrugada, junto a otros reclusos, para ser ejecutado en el cementerio del este. Siéndoles entregada en ese momento una carta manuscrita por él para su familia y escrita la noche anterior.

Me faltan las palabras para expresar lo que sintió mi abuelo Basilio en esas frías horas antes de ser asesinado y lo único que puedo hacer es llorar y llorar desconsoladamente por él. A continuación os reproduzco el texto de este documento inédito sacado por primera vez a la luz publica:

“En mi celda, en espera de la muerte. Última carta para mis queridísimos padres, hermanos y sobrinos.

Padres el único sentimiento que llevo es que quedan ustedes desamparados ya que el único sostén y esperanza que tenían era yo. Y se que la vida para ustedes será ya muy amarga pero tengan resignación que esto es el fascismo quién lo hace y ami me ha tocado ser victima como otros muchos. Pero sean firmes en la lucha y recogeran el fruto de esta semilla.

Padre, la edad que tiene usted es muy avanzada pero creo que le va a dar tiempo a ver el triunfo de los trabajadores así que sean incansables con nuestros enemigos. Me eliminan porque saben que lucharía siempre contra los capitalistas. Pero no porque haya sido un criminal… Que conste que han tenido que argumentar una cosa incierta y soy completamente inocente de todos los hechos.

A mi hermana Puri, pido que Desiderio tenga más suerte que yo para que puedan terminar de criar a los niños que es una de las mayores preocupaciones que me llevo. Si tuviese la suerte de que no le pasara nada, tengo la suficiente seguridad que sabría cumplir y nada tengo que objetar en este sentido.

A Ceferino, que ya es mayor, que sepa porque me asesinan. Que lo tenga presente y si a su padre le pasara algo le pido que sea bueno con su madre y la ayude a salir adelante.

Y a la Lumi la digo lo mismo y aunque Adela y Eugenia son pequeñitas estoy seguro que vosotros dos si podréis ayudar a vuestra madre.

Y sin otra cosa os pido que si va algún compañero de los que yo tenia en Yeserías le dicen que tengo un hijo y que he sido firme hasta el último momento.

Les mando un saludo a todos. HASTA NUNCA.

Basilio López”

Esta es la carta que dejo mi tío-abuelo Basilio a la familia. He intentado reproducirla lo más fielmente posible ya que el papel donde esta escrita está muy deteriorado y a veces se hace difícil su interpretación. En cualquier caso, para mi, es un documento demoledor y lleno de significado.

Volviendo a la dramática historia familiar y para finalizar este post diré que el cadáver de mi tío-abuelo jamás fue entregado a sus familiares. Los funcionarios que se encargaban de los cadáveres en el cementerio del este, cobraban 200 pesetas y ni siquiera facilitaban los medios para el traslado de los muertos.¿Que podía hacer mi familia sin dinero, sin medios? . No había forma de poder recuperarlo y mucho menos de enterrarlo ya que se vivía en la más absoluta de las miserias. Ni siquiera, en eso, fueron elegantes los putos fascistas. Según me cuenta mi madre, estando mi familia en las puertas del cementerio para ver el cadáver de mi tío-abuelo y al no poder hacerlo por carecer del dinero suficiente (solo tenían 100 pesetas), el poco que tenían se lo dejaron a un señor que pudo pasar al lugar donde se amontonaban los cadáveres y cuando por fin salio de aquel sitio lo hizo blanco como la nieve y solo pudo decirles a mis familiares: “es mejor que no hayan pasado a verlo. Es una carnicería”.

En la actualidad desconocemos donde están los restos de mi tío-abuelo pero es muy probable que se encuentren en alguna fosa común dentro de este cementerio. Solo deseo que se haga justicia y que los restos de mi tío-abuelo Basilio nos sean entregados de una vez por todas.

Este post quiero dedicárselo a todos aquellos que lucharon y murieron por unos ideales de libertad y justicia durante la Guerra Civil Española y a sus sufridos familiares cuyo drama aún esta presente en sus vidas.

Un saludo.

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