En la boca del lobo

Publicado el 27 mayo 2023 por Aurisecular

Elvira Lindo ha ido evolucionando en su narrativa de forma espectacular pero sigue conservando personajes inocentes, buenos, que piden a gritos que la vida les vaya bien o mejor o un poco menos peor. Aún estoy impactada con su última novela porque, aunque ya el título sugiere y el comienzo avisa de que la vida no es un camino de rosas, "la vida no te da armas para defenderte cuando eres niña, te las da cuando ya es demasiado tarde", En la boca del lobo espolea al lector hasta sacarlo del sillón confortable en el que está inmerso en la historia y lo obliga a reflexionar, a ver las cosas desde el punto de vista del niño, a plantearse una vez más si los seres humanos lo somos, si las mujeres venimos al mundo con el instinto maternal impuesto, si somos capaces de infligir daños irreparables y seguir viviendo.

No cabe duda de que Elvira Lindo se ha consagrado como una de las mejores escritoras actuales. En la boca del lobo es una novela dolorosa pero esperanzada. Es lo bueno que tiene la gente buena, siempre ve un rayo de luz por el que caminar en la oscuridad. El argumento es bastante sencillo, Julieta va con su madre, Guillermina, al pueblo de ésta, en el que se crio de pequeña y del que salió con quince años, embarazada, para volver únicamente durante algunas vacaciones. Han heredado la casa de su tío, una casa pequeña, en el monte, que a pesar de no ser acogedora el entorno consigue atrapar a la niña y, una vez transcurrido el tiempo de estancia inicialmente previsto, Julieta le pide a su madre que se queden allí.

Julieta no quiere volver a la ciudad, no quiere volver al colegio, sabe que va a repetir y aun así es incapaz de hacer lo que le han mandado para no quedarse más atrasada en el nivel educativo. Julieta no se centra en nada. Sólo pasea por el pueblo, habla con las mujeres, conoce a Virtuditas, la nieta de Virtudes y Leonardo, aprende de Emma, otra que, como lo fue su madre en su día, es criticada por las vecinas a causa de su comportamiento con los hombres. A pesar de todo, Julieta siente la conexión con la naturaleza y siente una relación franca, consecuente, lejos de la falsedad dolorosa, terrorífica que está viviendo en su casa de la ciudad. Julieta le pide a Guillermina que se queden allí, pero ésta tiene otros planes en los que su hija es un estorbo.

La mujer queda retratada desde lo más profundo de unas heridas que no causarán sino miedo y venganza, heridas que no cicatrizan y la animalizan más que los propios animales, "antes la mata el zorro que permitir que sufra". El estilo, sobrio, se abre constantemente a la fantasía mezclando situaciones oníricas con el surrealismo para ahondar en la soledad y en las misteriosas relaciones entre Julieta y los habitantes del pueblo y con ella misma, "y entonces decía el melonero, ¿por qué te quieres deshacer de ella? Porque tiene un sapo en la barriga, contestaba mi madre".

En esta novela encontramos presentes existencialistas fruto de pasados resentidos que, a pesar de todo, luchan para encontrar un futuro que borre el eterno día a día doloroso. Un futuro que viene de la mano de una mujer libre capaz de ser y hacer feliz.