EN LA BOCA DEL LOBO. Elvira Lindo.

Publicado el 22 enero 2024 por José Antonio Ribes Pérez @Josan_Ribes
Elvira Lindo publica “En la boca del lobo” una novela en la que la fábula y la sutileza se entrelazan para abordar temas como el trauma infantil, la maternidad adolescente y las herencias emocionales. SINOPSIS: Julieta y su madre llegan a La Sabina a pasar las vacaciones. A sus once años esa aldea perdida le parece a Julieta el mejor lugar para dejar atrás problemas a los que no sabe poner nombre. Ese verano eterno lleno de primeras veces, descubrirá que los cimientos del pueblo están hechos de secretos y recuerdos; los lindes del bosque, de cuentos y leyendas; y el corazón de las personas de miedo, odio, amor y esperanza, los cuatro sentimientos que nutren sus sueños y también sus peores pesadillas.En la boca del lobo surge de la mirada de una autora que ha destinado gran parte de su obra a observar la infancia en toda su riqueza, singularidad y vulnerabilidad, y muestra que las historias que compartimos, y las que nos contamos, pueden romper la maldición de una herencia envenenada.Elvira Lindo regresa a la pura ficción creando un territorio literario propio, la despoblada Sabina y sus bosques, un escenario en el que realidad y fábula se dan la mano, como en los cuentos clásicos. El lector que se adentre en él, se verá inmerso en una novela magnífica, de intensidad creciente, ante cuyo misterio solo podrá responder con asombro y emoción. Lindo ha dado un nuevo paso en su universo literario, ha entrado en esa feroz manera de observar la naturaleza humana desde un punto de no retorno, desde un abismo sin salida de emergencia, por medio de una voz infantil. La literatura debe arder. “En la boca del lobo” encontraréis un relato magníficamente construido. La autora, crea una gran hoguera a la que os obligará a mirar fijamente, de manera casi hipnótica, mientras en ella se consumen miedos y dudas, heridas y soledades, aprendizajes y violencias. Un mundo, por lo tanto, donde las llamas proyectan una serie de sombras que la escritora delimita de manera firme, a través de una serie de personajes que serán inolvidables para el lector que se adentra en la España vaciada imprevisible de silencio y desamparos, cautivador desde las primeras páginas.El tema básico que lo abarca todo es la vulnerabilidad en la infancia. Dicho lugar se llama la Sabina, una aldea de once vecinos a poca distancia de la villa de Ademuz. Allí van, a instalarse en una ruinosa vivienda familiar, madre e hija a pasar el verano. Consumidas las jornadas estivales, Julieta no quiere regresar al domicilio en Valencia. Parece un empecinamiento de la niña caprichosa, arbitraria, displicente y rarita que habéis conocido desde el comienzo de la historia. Obedece, sin embargo, a una tremenda razón, silenciada desde el inicio de la novela, a lo que no sabe ponerle nombre, y sobre lo que la escritora sobrevuela sin nombrarlo. Una sombra nociva, siniestra, que aboca el amor tóxico en la inocente biografía de una niña. “En la boca del lobo” aparecen rencores, vilezas, secretos innombrables cuyo recuerdo bastará para traicionar o castigar. Pero también lo hacen sentimientos de ternura en medio del dolor más absoluto. En palabras de la autora: “No quería que fuese cruda, quería que fuese buena, limpia”. El cuento clásico, en el que hay mucho que no se cuenta y que es tan amenazador. Cuando las palabras brotan como si fueran sangre. La literatura tiene sangre. “En la boca del lobo” es una novela de emociones corales, interrelacionadas. Un mosaico de silencios y de ecos que germinan dentro de la narración. Lindo potencia la historia impregnándola de un halo legendario, de asociaciones con la literatura infantil, de ecos de misterio y vivencia aguda de la naturaleza. Estas formas no impiden otras muy alejadas: la cruda tragedia, la solidaridad y el documento de la pobreza y el subdesarrollo. Una novela perlada de matices, de giros, de acidez, de humor, de dolor y de éxtasis. Con un lenguaje que concreta con inagotable maestría el alma de cada uno de los personajes, la autora va concatenando un buen número de luminosos y esclarecedores laberintos. Con un estilo sobrio, lúcido y penetrante, narrada con un prosa envolvente en estado de gracia. De ahí el acierto formal de que la historia este contada desde el punto de vista retrospectivo, como recapitulación de un recuerdo doloroso que busca exorcizar el sentimiento de culpa de vivir en paz. Tal vez sorprenda, o tal vez no, la escasa presencia de diálogos formales durante la novela. Hay comunicación entre los personajes, pero muchas veces son como un largo monologo casi interior, como si hablasen con la propia conciencia. El lector que se adentre se verá inmerso en una magnífica novela, de intensidad creciente, ante cuyo misterio sólo podrá responder con asombro y emoción. A partir de una aguda sensibilidad moral, Elvira Lindo escribe en “En la boca del lobo” una excelente indagación psicológica, compleja y emotiva, además de un testimonio impactante, en la vertiente más problemática de esa conflictiva edad. La novela es un argumento de mujeres. Insisto en lo del “de” que no es lo mismo que “para”. Lo que se os muestra en la novela es un mundo femenino. Son potentes, entrañables; Guillermina con el sadismo que aventa todos los tiempos verbales de una madre que jamás quiso serlo. Julieta, la hija, que se va desdoblando a lo largo de la historia con gran virtuosismo y alienta un misterio que mantiene en vilo desde el inicio de la novela, las dos protagonistas principales. Las amigas íntimas de la abuela Esmeralda: Paquita, Encarna, Milagros y Virtudes. Mujeres del pueblo, curtidas, aguerridas, que llevan toda la vida viviendo allí y que están acostumbradas a las inclemencias y durezas de la vida en el campo. Pero, no dejan de hablaros de sentimientos, que es de lo que se trata. Además, si bien es cierta la importancia de las mujeres en el relato, no es menos cierto que también hay un par de personajes masculinos, especialmente el panadero, Leonardo, el marido de Virtudes, un hombre bonachón y campechano, que también tiene un papel importante en la trama y en el desarrollo del transcurso de la obra. Pero sin duda, mi personaje favorito, es “la rubia”, la cálida, protectora y magnética Emma. Una mujer tozuda e insensata. Lindo huye así de protagonistas convencionales y os deslumbra con arquetipos desaconsejados que sorprenden y cautivan. Muy notoria también es la ambientación rural, es más que un decorado, os integra siendo un personaje más, siendo un estado de ánimo mutable y transformador de las personas. "En la boca del lobo” es una novela que hay que aplaudir desde que se lee la primera línea, desde que se vislumbra la hecatombe que provocará en la memoria y el corazón de todo aquel que se sumerja en ella.