En la Bolsa de Chicago ya se han vendido las cosechas de los próximos siete años

Por Aurora Moreno Alcojor @Alcojor

Así funcionan los mercados de futuros, en los que el hambre cotiza en bolsa y se negocia con los alimentos como si de piedras se tratara. Mercados en los que sólo  interesa es que los precios suban, comprar hoy por diez y vender mañana por veinte, contribuyendo así al aumento de la crisis alimentaria en el mundo. 
Lo explica la Campaña “Derecho a la alimentación urgente” con motivo del Día Mundial de la Alimentación que se celebra este domingo, 16 de octubre.   “El 60% de las cosechas de trigo y otros cereales están hoy bajo el control de los fondos de inversión especuladores (…) y según el propio Parlamento Europeo, el 50% del incremento del precio de los alimentos se debe a los movimientos especulativos”. 

Y no sólo se compran alimentos para especular, también las tierras en las que se producen. Y a ello se suma que parte de la producción agrícola se desvía a la producción de agrocombustibles: “Sólo en EEUU se han dedicado 119 millones de toneladas de cereales a la producción de etanol, cantidad que puede alimentar a 350 millones de personas durante un año”.
Todas estas cosas ya las sabíamos, sí, pero ¿qué podemos hacer?. Desde la campaña se proponen cinco medidas que deberían ser de inmediata consideración:
  • Limitar monopolios sobre productos básicos. (Parece elemental)
  • Establecer tasas sobre los movimientos financieros especulativos (Esto lo ha propuesto hasta el mismísimo presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso)
  • Supresión de los paraísos fiscales y de los centros offshore que facilitan las inversiones especulativas y dificultan su seguimiento, dada su opacidad.
  • Establecer moratorias sobre la compra y venta de tierras a gran escala.  (De sentido común. Si fuera nuestro país, no dejaríamos que esto pasara).
  • Revisar las políticas de promoción de la producción de agrocombustibles

Sólo así podríamos cambiar el mapa del Hambre en el Mundo:

Y habrá quien diga que estas medidas son imposibles de aplicar y que la economía y el crecimiento se basan en esto, pero en realidad eso no es verdad. Hoy en la radio he escuchado un ejemplo muy claro: en el siglo XVII, el sistema económico mundial se sustentaba en buena parte en la esclavitud. Y parecía impensable que fuese de otra manera. Hasta que se abolió la esclavitud y el sistema creció y mejoró. En el XVIII pasó lo mismo con los obreros que trabajaban en condiciones de semiesclavitud en las fábricas. Y parecía impensable que pudiera ser de otra manera. Hasta que cambió y de nuevo seguimos creciendo y mejorando. ¿Por qué ahora debería ser diferente?