“Tal vez sólo fue esa costumbre de acariciarnos así,
de imaginarnos así,
en secreto”
José Carlos Becerra
Para enamorarnos nos bastó existir
Y soñarnos arrullando tantos besos.
Raro parecía ofrendar en lo cianosos
Laberintos de la noche y compartir
Arriesgándolo todo a una sombra
El afán de amar y estar seguro.
Pero es maravilloso ser cartero
Y quizás pensar que la palabra siembra
Como antes cuando lograba al impartir
En tus ganas la partida y el regreso.
Todo lo ensayamos para asentir,
Para corroborar y señalar el beso.
La noche pasó siempre así por la ventana
Cuidando nuestro amor entre su aduana.