Pero no todo el mundo ha sido crítico con el delantero portugués. El presunto periodista Tomás Roncero, y digo presunto porque, viéndole, parece más un hooligan que un periodista, ya ha dicho en su cuenta de Twitter que no piensa pitar ni al portugués ni a nadie del Madrid. Eso me indica una cosa muy clara, y es que no parece tener ningún espíritu autocrítico, lo cual sí parece tener cuanto las críticas son hacia el Barcelona. Y es que, ¿alguien duda que hubiese enviado infinidad de mensajes si el de la fiesta tras una derrota humillante hubiese sido Messi? Tampoco pretendo que les silbe o abronque de la manera en la que nos tiene acostumbrados, pero sí que, como mínimo, diga algo al respecto, más si tenemos en cuenta que poco menos que se ha autoproclamado como la voz del Madrid y del madridismo. He estado repasando su Twitter y solamente he podido encontrar este mensaje:
- RETWEETS306
- FAVORITOS228
Después de leerlo, uno no puede sino corregirle, y decirle que, más que pitada, lo que ha pasado es de vergüenza ajena. Cualquiera diría que a los asistentes a la fiesta se pasaba por el arco del triunfo la derrota, pensando que están por encima del bien y del mal. Cualquiera diría, tras ver los pasos de baile del portugués, que estaban celebrando el pase a una final. Poco después de la derrota, leía por Internet el mensaje de un usuario, en el que decía que, en tiempos de Bernabéu, si el Madrid perdía 4-0 contra el Atlético de Madrid, nadie tenía narices de celebrar un cumpleaños en 3 meses. Esa es una muestra de cómo y cuánto ha cambiado el fútbol en todos estos años. En momentos como este cabría que los dirigentes merengues, comenzando por Florentino, se preguntasen hasta qué punto Cristiano está en el Madrid para mayor gloria del equipo blanco o para mayor gloria de Cristiano Ronaldo, aunque todos conocemos o como mínimo intuimos la respuesta.
Y es que al portugués (en su descargo diré que como a otros muchos futbolistas de élite, no es el único, el primero ni el último), les mueve el dinero y la fama. Sabe que su carrera tiene fecha de caducidad (no más de cuatro o cinco años como mucho y estirando bastante al máximo nivel), por lo que intentará conseguir todo lo posible tanto de fama como de dinero. Los equipos para los que juegue son simplemente vehículos para conseguirlo. Si no es el Real Madrid, pues será otro. Mientras se le pague religiosamente, él rendirá y repetirá lo de "Hala Madrid" y lo que haga falta. Todo es marketing. Pero mientras los seguidores sigan creyendo que los cracks aman al club para el que juegan, seguirán habiendo borregos.
Para finalizar, simplemente decir que me parece lamentable la noticia que leí hace unos pocos días, en la que se decía que expulsarían a los dos aficionados que, tras la derrota frente al Atlético de Madrid expusieron la pancarta de "Vuestra risa, nuestra vergüenza".