En la muerte de Prince. Mi mayor agradecimiento, querido amigo.

Publicado el 22 abril 2016 por Casoledo
Me despierto hoy escuchándote, y aún más compungido que me acosté. En el largo túnel de mi primera juventud me permitiste vivir en un mundo imaginativo, colorista, estimulante y lleno de creatividad. La búsqueda de vinilos y casetes de importación, en la tarea imposible de completar tu discografía, me ayudó a vivir en unos márgenes estrechos y grises, feliz cuando me alejaba del mundo real y transitaba por Paisley Park. Recuerdo el famoso concierto de Colonia a finales de los ochenta, que grabé en su retransmisión radiofónica y me sabía de memoria... O el apuro que pasé al comprar el 'Lovesexy', en LP, en la única tienda de discos del lugar donde vivía, con aquella portada apabullante... O la fascinación por las chicas tremendas de las que te rodeabas: Apolonia, Sheila E., Wendy & Lisa...  Necesita uno hacerse mayor para comprender que, más allá de la admiración estética, los artistas de tu talla habéis sido compañeros reales en la vida. Como en una siniestra premonición, llevaba varias semanas volviendo a escucharte de manera obsesiva, y descubriendo todo aquello que me había perdido en los últimos tiempos. Por fortuna tu obra es tan grande y generosa que en lo que queda por vivir no habrá ocasión de aburrirse. Mi mayor agradecimiento, querido amigo.