Título: En la piscina vacía.Autor: Félix Sabroso.Editorial: Suma de letras, 2015.
Resumen oficial.
La culpa se mueve entre el remordimiento y la expiación, bordeando piscinas vacías.
Un conocido escritor que está pasando por una época de sequía creativa asiste a una fiesta en casa de su editora y atropella por accidente al joven con el que ha acudido. A partir de ese momento comienza un juego en el que la experiencia y la imaginación del protagonista se solapará confundiendo sus límites. Una lucha entre el instinto de supervivencia de un hombre que quiere olvidar y el poder de la culpabilidad que lo corroe.
El director de cine Félix Sabroso elabora un thriller psicológico que esconde una realidad distorsionada, caleidoscópica, que mantiene al lector expectante hasta el final.
«No fue difícil entrar al recinto a través de la portezuela de la verja. No imaginé fantasmagoría pasada; ni niños, ni agua, ni chapoteo, ni felicidad de otros. Acepté el paso del tiempo y me quedé con lo que veía. Tampoco me resultó complicado acceder al interior de la piscina por la crujiente y desdentada escalerilla del lado que menos cubría. Una vez dentro, caminé de un lado a otro. Varias veces. Tres largos. A ratos mirando hacia el interior, la desconchada línea negra sobre fondo a veces azul y otras gris, otros hacia arriba, al cielo, también cemento y ventisca. Una y otra vez. De un lado a otro.
»Nado en piscinas vacías.»
Impresión personal.
No me voy a extender mucho en esta reseña porque lo cierto es que tengo poco que decir sobre el libro que no hayan apuntado ya otros bloguer@s.
En la piscina vacía ha sido un libro controvertido y polémico que prometía una lectura tensa propia de un thriller psicológico y que a mí personalmente la única inquietud que me ha producido ha sido la preocupación porque he tenido muchos momentos en que casi abandono la lectura. No me ha gustado, lo cual no quiere decir que sea un libro mal escrito o cuyo contenido no merezca la pena. Pero no es un libro para mí ni por la historia cuya sinopsis resulta engañosa en relación con lo que encontramos en el interior, ni por el protagonista principal que necesita una dosis desmesurada de la paciencia que yo no tengo y porque además el estilo tan rebuscado del autor a mi personalmente me ha resultado agotador en una lectura que ya de por sí no me está agradando.La trama, tanto en la sinopsis como al principio del libro, promete mucho más de lo que después ofrece y creo que podría haber dado mucho más juego porque, en realidad, no es una mala historia si su desarrollo no se hiciera tan tedioso hasta llegar al desenlace.Pero para mí el problema principal es el protagonista, Víctor, y la manera en que éste parece pensar y que el autor nos va reflejando en primera persona. Víctor es una persona totalmente desequilibrada, enferma. Dudo mucho que en sus condiciones pueda decirse que es escritor y si lo es, necesita con urgencia un psiquiatra. Seguramente a un profesional de la mente humana el libro le resulte de fácil lectura y comprensión porque debe encontrarse en su vida profesional con más de un Víctor tumbado en su diván desvariando de semejante manera. Pero como lectora, las divagaciones de este personaje y todo desde una primera persona, ni las he entendido ni me han resultado nada agradables. Ha sido como leer y escuchar de propia voz las reflexiones de una persona enferma mentalmente y la verdad es que a mí me falta paciencia, tiempo, entendimiento y empatía para profundizar en una persona como ésta.Por otro lado, y dado que está escrito en primera persona, me cuesta mucho creer que una persona en semejante situación mental se exprese de una forma tan rebuscada. Por muy escritor que sea Víctor, por mucha riqueza del lenguaje que tenga, no me ha casado en nada el estado anímico del protagonista con la manera de expresarse. En general, el estilo de autor es muy depurado, culto y, a veces, casi poético, pero este estilo no me encaja con el estado mental del protagonista que es quien expresa lo que piensa. Uno ve por la calle un coche rojo y piensa en decir: es un coche rojo o colorado, pero no piensa, es un coche del color de las granadas maduras. No sé si me explico bien.No me extiendo más. Creo que este libro no era para mí aunque la temática me llamaba la atención y hasta el título me invitaba a leerlo. Como siempre, lo escrito son sólo mis sensaciones personales. Cualquier otro lector puede encontrar otro sentido muy diferente a la novela. Faltaría más.