A mi no me gusta mucho la playa pero a mi hijo le encanta. Aprovechando que mis padres se venían a la playa esta semana pues nos hemos venido con ellos el niño y yo . Como no me apetecía conducir con el niño sola tantos kilómetros nos vinimos en tren. El niño nunca había montado en tren y estaba emocionado pero claro luego el viaje se le hizo bastante largo y a su madre más. Llego un momento que ya no sabía que hacer para entrenenerle, se agotaron los cuentos, las pinturas, los juguetes y el pobre sólo quería salir de su asiento. Aunque los menores de cuatro años no pagan le saque billete porque sino menudo viaje me hubiera dado y no solo a mi sino a la persona que nos hubieran puesto al lado. Qué difícil es mantener a un niño en su asiento tantas horas entretenido.
Pero al final llegamos y aquí estamos desde el sábado. Por la mañana playa y piscina. Luego a comer y siesta y por la tarde paseo y a jugar a los columpios. Se lo está pasando genial y ya ha cogido colorcito que para lo blanco que es tiene mérito. La semana que viene en Madrid creo que se va a aburrir.