por las lúgubres calles.
Caminan, impetuosos
bajolamentos
que se cruzan.
Más allá, detrás de las ventanas,
en la soledad de un café,
se aglutinan
cubiertos de polvo
cuadros y fotografías
que envejecen con el tiempo.
Tal vez, esta noche,
el vil temor quiebre
doctrinas, que cierran
el punzante veneno
del poder.