En mi mundo de cortinas,
de eclipse permanente,
de luz engavetada,
de colores opacos,
descubro un universo
silente en tu respiración.
Y veo siluetas,
palpo olores,
escucho texturas,
saboreo la música de tu voz.
Camino sobre tus pies
y el abismo desaparece,
vuelo sobre tus hombros
a lugares remotos.
Me abriga tu cuerpo,
y soy más que cometa,
más que luna,
más que humo,
soy arcoíris,
soy libertad,
fuego,
soy luz
aun estando en la sombra.
Por: Alianys Bejerano
Campos de la mariposa
Los cuerpos, ah los dulces pobres cuerpos humanos
con su tronco y sus pencas, sus raíces desnudas
batiendo el aire: copas profanas que la noche
dotó de lenguas húmedas, de contráctiles manos
y huesos inconformes cuya existencia muda
sube a la piel, pujante, descerrajando broches.
Abatidos parecen casi banderas puestas
a hinchar la superficie de los horizontales
sentidos de la inercia, como lagos carnales
donde el placer arroja sus anclas imperfectas.
De pie, son el enigma constelado de grutas
y cúspides turgentes que florecen o estallan:
Mensajes de uno mismo donde las voces callan
y emprenden el ascenso por innombrables rutas.
Los cuerpos, ah los dulces pobres cuerpos humanos
llenos de lenguas húmedas, de contráctiles manos.
Por: Alberto Serret