En quien más confiaremos, si nuestro Eterno Dios es nuestro creador, el nos formo en el vientre de nuestra madre (Salmo 139:13), somos hechuras suya, creados en Jesucristo para buenas obras (Efesios 2:10), fuimos creados a imagen y semejanzas de Él (Génesis 1:27).
Nuestra confianza es Él, "Todo lo bueno y perfecto que se nos da, viene de arriba, de Dios, que creó los astros del cielo. Dios es siempre el mismo: en él no hay variaciones ni oscurecimientos" Santiago 1:17.
Si de algo debemos estar seguros aquí en la tierra, es del Eterno Dios, el salmista David dijo: "A ti clamo, oh Eterno, y digo: "Tú eres mi refugio, mi porción en la tierra de los vivientes" Salmo 142:5.
A Él debemos encomendarle cada día nuestro camino, nuestra fortaleza, nuestra familia, nuestras preocupaciones y descansar en Él (Mateo 11:28-30), sólo en Él y permaneciendo en su Palabra podemos obtener todo lo que le pidamos (Juan 15:7). La relación personal cada día con nuestro Dios y Padre y con su hijo Jesucristo, basada en la dirección del Espíritu Santo, trae a nuestras vidas convicción, y esperanza; es tal nuestra confianza en Él, que nada ni nadie nos hace cambiar ni apartarnos de ese propósito que Dios trae a nuestras vidas, Él lo es todo, nada tendría sentido si Él no fuera nuestro SEÑOR y SALVADOR, Él le pone color y alegría a nuestro corazón, Él es nuestra razón de vivir.Muchas aflicciones son consecuencia de decisiones mal tomadas, pero cuando tenemos nuestra confianza puesta en Dios, podemos decir que todas las cosas nos ayudan a bien (Romanos 8:28), es allí donde recibimos un aprendizaje, conforme sea lo que Dios nos quiere enseñar. Todo tiene una causa, por eso nunca expresemos inconformidad por lo que nos sucede, agradezcamos a Dios por lo que nos quiere formar en cualquier área de nuestras vidas."Ciertamente, ningún castigo es agradable en el momento de recibirlo, sino que duele; pero si uno aprende la lección, el resultado es una vida de paz y rectitud" Hebreos 12:11.
Todo lo que se pone en las manos de Dios estará seguro, confiemos en Él, que Él hará; pero también seamos diligentes y eficientes; oremos y proclamemos su Palabra, meditándola diariamente, y sigamos caminando en la quietud del corazón y la confianza puesta en Cristo Jesús, porque allí esta nuestra fortaleza (Isaías 30:15)
Bendiciones.