LA SORPRENDENTE VIDA
Hay días en los que tengo la sensación,la extraña sensación, de vivir en un tiempo fuera del tiempo.Es decir: todo lo que me rodea, por un lado,me resulta asombrosamente conocido,pero, al mismo tiempo, sé de manera terca,que este miserable presente, esta penosa realidad,es copia de un tiempo ya vivido.Un tiempo que la buena gente,eso que conocemos con el nombre de "personas decentes",creíamos haber erradicado. Es decir:abandonado, superado.Porque hubo un tiempo como este,un tiempo miserable, pernicioso, pútrido,en que la vida era un espanto, una impotencia repetida.Hubo un tiempo de esclavitud, asco, desprecio:la vida era un terreno inmenso,pero tenía dueños, gentes que todos conocían.Un huerto con amos. Con miserables amos.Un espacio por el que circulaba el miedo,la impotencia, la inútil sabiduría de unos pocos;el mísero conocimiento del hacha del Poder.Fue un tiempo casi eterno, casi interminable.
Un tiempo que estuvo a punto de aniquilar a la especie.Pero la vida es mucho más misteriosa que la desdicha,la vida es capaz no solo de contradecir a la vida,sino de aniquilar a la desdicha, enseñarle las garras a la muerte,defenderse de la ignominia expulsando a los verdugos de la luz,luchando desde la desazón de las cadenas, la ira de los hijos muertos.La sorprendente vida tan a menudo esclavizadasuele ocultar entre su semen una extraña guadaña caminante.Y creedme, os lo ruego, esa guadaña tiene ojos,esa guadaña oye, escucha el grito de los muertos.Sabe que las raíces no perdonan, no quieren perdonar,porque en algún rincón de la inocente sangrevive la desazón del porvenir, su clamor y su lucha.La cultivada vida tiene un código, un implacable código,en el que no se acepta la injusticia, no se admite el olvido.La vida y su trabajo machacón,la defensa tenaz y misteriosa de su eterna labor,su constancia en la lucha, su risa frente al daño,su unidad implacable ante los destructores.No creáis que la vida no se entera.La extraordinaria vida nada ignora, huelecomo huelen sus hijos, los hurones,el tráfico de sangre de unos cuantos.El tesoro podrido de algunos miserables,su ambición desmedida frente a tanta desdicha.Creedme, os lo aseguro, sé muy bien lo que digo:hay datos desde mucho antes de Cristo,hay libros escondidos donde se cuentala venganza terrible de la vida ante sus destructores.Todo es cierto: el imperio de siempre de unos pocosfrente a la rebelión de los esclavos, los millones de esclaos.
Creedme: esto siempre termina mal.Suele acabar en sangre, en mucha sangre.Hacedme caso: explicadle a los amos de la vida,a los que creen ser los amos de la vida,que esa señora es una enemiga muy mala.
Yo más bien les explicaría que a la vida, esa vida que tanto desprecian,no les conviene en absoluto tenerla de enemiga.
Francisca Aguirre.
Varios Autores. En legitima defensa. Poetas en tiempos de crisis. Bartleby Editores, 2º edición, 2014. Del prólogo: Antonio Gamoneda. De la fotografía de portada: Manuel Gil.