En librerías

Por Alaurenza
Además de ofrecer mis libros a las personas por la calle, se van sumando librerías (generalmente de tipo papelería, es decir de las que tienen útiles escolares y demás) que me los compran en pequeñas cantidades para su reventa posterior. Esto ocurre a un ritmo promedio de dos locales a la semana (a veces más, a veces menos), lo que significa alrededor de cien al año. Les hago entonces un descuento, de modo que su precio final no difiera demasiado del mío.
No consigno. Mi experiencia con los kioscos de diarios, relatada hace tiempo en este mismo blog, me dejó claro que ese no es el camino: prueba y error, como casi siempre, y aprender mientras tanto.
En estos días me ocurrió algo gratificante al respecto. Repetí barrio, cosa que estoy haciendo al azar desde hace unos meses, y pasé por la primera librería que se decidió a vender mis libros en esta modalidad. Y no sólo los había vendido todos, ¡sino que me compró ahora más que la vez anterior!
Las cosas marchan bastante bien. Seguiremos trabajando para ayudar a la suerte.