Volví a nacer
cuando perdí el dolor de tus silencios,
Cuando
descubrí en el placer de tus miradas lo que siempre enmarcaban mis sueños…
¿El qué?
No sé
¿Dónde?
Aquí, en lo
hondo, en mis entrañas.
Porque los
sueños vagan siempre entre lo olvidado.
Sobre lo
vivido.
Siempre cercano, perdido entre interiores, como el grano en el molino,
ese que hace girar y perderse a lo Lejos lo que llora el olvido, si, sentido
por el placer de esa dulce sonrisa, la que no enmaraña nostalgias. Sufro
dolorido neblinas pesadas como en los días desvelados en caducos amaneceres
cuando, sentado bajo Tu ventana espero a que la brillante luz de un reflejo en
tu mirada me despierte de este sueño.
Y sufro
cuando las astutas golondrinas que bajo el poyete de tu ventana no hacen nido,
sino morriña por lo Perdido,
Dejando
marchitos los placeres del sueño.
Aquí, en lo
más hondo, entre interiores.
Texto: Gustavo
García Pradillo