Creo que han pasado dos meses o no estoy segura de cuanto tiempo, pero ha sido mucho para lo acostumbrada que estaba antes. Tal vez me he ocupado en otros asuntos como mi encierro aquí o quizás no haya cielo suficiente para esta ventana. El caso es que ayer vi otra vez la luna. Parecía una luna creciente. Salió así tan simple e inmediatamente recordé que la había estado extrañando y que estaba por publicar que no la había vuelto a ver, que el invierno con toda su fuerza la había borrado y que no iba a ver ninguna noche con ella. Fue un buen momento que ahí estuviera dándonos luz con sus rayos minúsculos. Ahora me faltan las estrellas. Esperaremos también por ellas.
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